«Los grandes inventos del hombre son la música, el humor y el vino»

Su prodigioso talento vocal corre parejo a su desternillante vis cómica. Como buenos vascos, aman la canción tanto como la sana ironía, el comer contundente y esa inquebrantable camaradería, llena de complicidad, que sacan a relucir en todas sus actuaciones. Son los Golden Apple Quartet, el muy experimentado conjunto musical que este próximo sábado, día 12 de mayo, vivirá su particular ‘sueño americano’ en el Auditorio Ciudad de León. Las entradas (24 euros en platea, 18 en anfiteatro y palcos) pueden adquirirse en www.ticketcyl.com, en la oficina comercial del Diario de León y en Maci 3.

—O sea, que ustedes suben al desván, se encuentran un baúl y en él descubren la insospechada historia de sus bisabuelos...

—Hombre, qué quieres que te diga. La historia contada así queda bien bonita, ¿no? (risas). Lo que sí es verdad es que llevamos muchos espectáculos a nuestras espaldas y éste está muy currado, muy meditado y muy pensado. Lo propusimos y ganó por votación popular, porque nosotros lo votamos todo.

—¿Qué características tiene este viaje musical hacia el Estados Unidos profundo?

—Los espectadores notarán que las canciones tienen un registro, un color especial: el viejo Oeste, el profundo Sur, la bulliciosa New York, la incipiente Hollywood… todo ello traducido a música, y en las voces de nuestros bisabuelos, unos tipos un poco locos a los que nos parecemos bastante.

—¿Cómo se llega a alumbrar un espectáculo de este tipo?

—Es un proceso lento y laborioso. Nosotros siempre estamos con un espectáculo en activo y otro en preparación, y para éste recurrimos mucho al ‘quinto ojo’, personas a las que invitamos a vernos para que nos aconsejen. Es, ante todo, un trabajo en equipo.

—Al echar la vista atrás en estos 25 años, ¿qué veis?

—Pues muchos recuerdos, tantos, que cuesta acordarse de todo. Pero, al mismo tiempo, parece que fue ayer cuando empezamos. Somos como un equipo de fútbol. Empezamos como quien dice en tercera regional y soñábamos con jugar la Champions: ahora estamos asimilando que hemos llegado muy alto.

—¿Os repartis las funciones, o los cuatro hacéis de todo?

—Sí, está todo bastante repartidillo, ese es un poco el truco del almendruco, mantener un cierto equilibrio. Hay quien se encarga más de la parte creativa, quien, como yo, se relaciona más con los medios, otro que es el guía espiritual del grupo...

—Si les dan a elegir entre música o humor... ¿con qué se quedan?

—Uf, no me pidas eso... Música más humor es el combinado perfecto. Lo mejor que ha inventado el hombre desde que dejó de ser un alga verde fue inventar la música, el humor... y luego el vino. Esas son las tres obras maestras de la evolución.

—Como las cofradías gastronómicas, ¿vetáis el paso a las mujeres o a otros miembros en esta cuadrilla vuestra?

—Nooo, no somos tan clásicos. Somos un grupo de amigos que lleva muchos años juntos pero siempre de forma abierta. Aquí damos la bienvenida a todos, incluso a los que desafinan. Nosotros animamos a todo el mundo a cantar. Mira, hemos hecho también tres espectáculos infantiles en los que hacemos cantar a los chavales y nos hemos encontrado grandes sorpresas. Hay mucho talento oculto.

—Como grupo, ¿cuál es vuestro gran objetivo?

—Hacer la vida más llevadera, más alegre a la gente, en estos momentos en los que parece que todo se confabula para asustarnos. Los psicólogos nos lo agradecerán...

—¿Qué es lo que más agrada al público de este ‘show’?

—Es muy emocionante el viaje en barco, pero bueno, todo el espectáculo es muy variado, con muchos cambios de vestuario y escenario. El público destaca sobre todo el cierre, que es muy bonito, ¡toda una apoteosis!