San Isidoro pende de Bankia
La Fundación Caja Madrid ‘adeuda’ dos millones de euros para reformar el museo y hacer visitable la Torre del Gallo, obras que previsiblemente empezarán el próximo año.
San Isidoro depende de Bankia, que acaba de ser nacionalizada por el Gobierno. La reforma del museo y la apertura de nuevos espacios al público, como la Torre del Gallo, están incluidas dentro de la última fase de restauración de la colegiata. Caja Madrid (actual Bankia) comprometió hace siete años dos millones de euros para la gran rehabilitación de la joya del románico, formalizados en el 2010 en un convenio a tres bandas que firmaron, además de la entidad financiera, la Junta y el Cabildo de San Isidoro.
La Junta ya ha gastado en San Isidoro 1,7 de los dos millones que presupuestó para este monumento. Quedan pendientes los dos millones de Bankia y otros 500.000 euros que aporta el Cabildo.
La reforma del Museo de San Isidoro debería comenzar ahora, tras la limpieza de muros y paramentos del interior de la iglesia —acometida hace cuatro años— y cuando acaban de concluir los trabajos en la fachada del edificio románico, así como el rebaje del atrio, pendientes únicamente del trámite de recepción de las obras.
Fuentes de la Consejería de Cultura afirmaron ayer que «todo sigue igual» y que el nuevo rumbo que ha emprendido Bankia no altera el convenio de San Isidoro. «No hay ninguna noticia de que no mantengan los compromisos», explicaron. De hecho, aseguran que acaban de firmar un acuerdo con Bankia para la celebración de una nueva edición de la feria Arpa —en la que estará presente, un año más, El Sueño de la Luz, el proyecto de restauración de la Catedral de León—.
La última reunión
Hace apenas una semana el abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez, se reunía en la capital de España con responsables de la Fundación Caja Madrid para discutir la última fase de rehabilitación del edificio románico. Al parecer, la entidad ya habría terminado el proyecto de musealización de San Isidoro, que incluye la apertura de nuevas estancias al público.
Entre los planes para ampliar y hacer más accesible el museo de la Colegiata se estudia la modificación de la sala de doña Sancha y la ampliación de las capillas de los Quiñones y de los Castañones. La iniciativa prevé además una obra arquitectónica que descongestione la entrada actual. Asimismo, está previsto habilitar la Torre del Gallo como un espacio más del museo, que plantea complejas soluciones de seguridad.
Una de las intervenciones más delicadas es la reparación de las pinturas del Panteón Real. En la ‘Capilla Sixtina’ del románico existe un plan para eliminar brillos, una limpieza de la policromía original, la reparación de grietas y la aplicación de una capa de resina termoplástica en toda la superficie como protección final.
El Cabildo confía en que las nuevas obras empiecen el año próximo y duren otros dos. Si se cumplen los plazos, en el 2015 podría concluir la mayor restauración de San Isidoro, que habrá durado doce si se cuentan los ‘preliminares’, en los que se llevaron a cabo estudios previos sobre la solidez del edificio, injertos de piedra, sellado de grietas, la reparación de las cubiertas, así como una ‘lectura’ de los cimientos del edificio mediante un georradar, que permitió descubrir la existencia de primitivas construcciones.
La reorganización del Museo de San Isidoro pretende resolver sus actuales problemas de accesibilidad, recorrido y tránsito, imagen, seguridad y conocimiento e interpretación de contenidos. La Fundación Caja Madrid se comprometió además a elaborar un plan de gestión del museo. La entidad anunció en su momento que realizaría un diagnóstico del turismo cultural en León, de la funcionalidad del monumento y de su capacidad de acogida y que recrearía en 3D el Panteón Real, así como la evolución constructiva e histórica de San Isidoro.