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El dueño de los Van Gogh lleva tres años esperando para ampliar el cine

Urbanismo acaba de aprobar el proyecto presentado por el empresario Juan Heras.

Imagen del edificio en el que se encuentran las salas de cine Van Gogh.

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cristina fanjul | león
León

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El empresario Juan Heras, propietario de los cines Van Gogh, ha declarado a este periódico que lleva tres años esperando para que el Ayuntamiento dé luz verde a las licencias que necesita para aumentar las salas de los cines. «Desde hace tres años está todo cursado y hasta el momento, nada». El emprendedor añade que hasta que no tenga todos los permisos para poner en marcha el proyecto prefiere no hacer declaraciones.

En este sentido, la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de León, Belén Martín Granizo, aseguraba ayer que la comisión acaba de aprobar la licencia después de firmar una modificación del PGOU que permitirá eliminar la limitación a las alturas de las plantas. «El empresario ha pedido una ampliación de los cines», manifiesta la edil, que añade que en este momento el proyecto se encuentra en información pública. Belén Martín Granizo destaca que la propuesta de Arias es un incremento que se realizará en el espacio colindante al cine, lo que indica que la intención es diversificar el uso. Por otro lado, la responsable de Urbanismo destaca que en el caso de que no se reciban alegaciones, la licencia de impacto ambiental podría estar aprobado en un mes. «El alcalde dio la orden el primer día de mandato de favorecer todas aquellas propuestas que supongan la creación de empleo, con lo que las ponencias técnicas se reúnen todas las semanas, independientemente de si hay uno o diez proyectos», recalca.

Un proyecto madurado

En el año 2007, Juan Arias, propietario también de los Van Dyck de Salamanca, aseguraba que su objetivo era ampliar la oferta leonesa, si bien prefería no aportar más detalles hasta que la operación se hubiera cerrado. Además, destacaba la necesidad de que León contara, como ocurre en la mayoría de las ciudades, de una oferta que incluyera versiones originales, una posibilidad que, hoy por hoy, y a causa de la limitación de salas, resulta prácticamente imposible de lograr.

Y es que las salas de exibición no atraviesan sus mejores momentos, tampoco las de León. La crisis y la cultura digital han ido limitando el número de salas y en la capital, las sucesivas clausuras del Abella, los Kubrick y la última del Teatro Emperador han dejado al público con menos cines que ciudades como, por ejemplo, Palencia.

León no llega a la veintena de salas, frente a las 65 de Valladolid, las 35 que disfrutan los habitantes de Salamanca o los 27 de Burgos. Incluso Palencia, con casi la mitad ce habitantes que León, dispone de cuatro cines más. Además, el futuro cercano tampoco parece llegar con un escenario mucho más halagüeño para los intereses de los cinéfilos. La escasez de espacios cinematográficos merma la posibilidad de acceder a títulos que, sin embargo, sí llegan a las carteleras del resto de capitales de la comunidad.

El cierre del Emperador en el 2006 fue el último capítulo de una agonía en la que han ido desapareciendo salas de León de manera constante. Entre los más destacables hay que hablar del Kubrick, que cerró sus puertas en el 2005, el Pasaje, cuya clausura se produjo tres años antes, el Abella, que cerró su negocio en el año 2000 o el cine Condado, que sobrevivió durante 51 años y tocó a su fin en el año 1990. A día de hoy tan sólo subsisten dos cines: los Van Gogh y Cinebox, que surgió hace siete años. Lejos quedan ya los proyectos de abrir nuevas salas en La Lastra y en la futura estación del AVE.

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