Gamoneda deja la poesía para continuar con sus memorias

El poeta leonés Antonio Gamoneda aseguró en Segovia que va a dejar descansar a la poesía, para centrarse en escribir el segundo tomo de sus memorias, una vez que ha entregado a la editorial sus dos últimos libros. Gamoneda ha reconocido en declaraciones a la agencia Efe que ha estado siete años en los que apenas ha podido hacer nada, «porque fueron malgastados en viajes por el mundo entero, de lo que ahora me arrepiento, aunque ya resulta inútil».

El poeta ha confesado que ahora se ha puesto al trabajo: «Con la dedicación e intensidad de la que soy capaz y, en el último año y medio, he terminado dos libros, que he entregado a las editoriales, la pasada semana». El premio Cervantes, que inauguró el viernes un ciclo de poesía y música en la antigua casa en la que residió en Segovia Antonio Machado, ha aclarado que va a «dejar descansar a la poesía ahora», para dedicarse a escribir el segundo tomo de sus memorias.

Todo ello con la pena, según reconoce, de que «siete años improductivos a mi edad es un caso de mala suerte, o de mala cabeza, en definitiva, de no saber decir que no».

El libro que prepara Gamoneda es continuación de Un armario lleno de sombra — que transcurre entre 1934 hasta el día antes de que el autor cumpla 14 años—. El último año Gamoneda estuvo «estancado» en este libro que ahora parece querer retormar. Ásperas, amargas, pero sobre todo, sinceras; así quiso Gamoneda que fuera la primera parte de sus memorias, sin paliativos, pero sin crueldad ni exhibicionismo. Todo sucedió el día que el poeta se decidió a abrir el armario de su madre, fallecida tiempo antes. Los olores, los objetos... pudiera decirse que le tendieron una emboscada. A través de este armario Gamoneda se adentraba en el pozo de los recuerdos, en el capítulo de una infancia quizá perdida, quizá ahogada por recuerdos demasiado dolorosos. A los 78 años —y han pasado tres— el escritor podía afrontar el difícil ejercicio de contar sus primeros recuerdos en un León oscuro y terrible. Tras varios retrasos, fruto de su incansable obsesión por corregir cada palabra, llegaba a las librerías Un armario lleno de sombra. Desde entonces, los lectores esperan ávidos la llegada de otra entrega.