El invento del maligno
Sin conexión
TVE se ha inventado un programa anticrisis sobre pueblos de España. Lo de anticrisis es porque a ellos les sale gratis, que es lo único que se pueden permitir tras el ‘tijeretazo’ y después de tener un montón de millones comprometidos en el deporte. El otro día supimos que los partidos amistosos de la selección española salen a dos millones y medio, o sea: 27.777 euros el minuto y 20.833 si hay prórroga. La cifra le deja a uno helado porque luego las audiencias tampoco son para echarse a dormir, que el España-Serbia del sábado lo vieron dos millones y medio de espectadores. Con esas cifras, las privadas se han cargado programas y series sin contemplaciones. El caso es que con el dinero que la pública se gasta en ‘La Roja’ se haría una temporada entera (y más) de Conectando España , el programa sobre lo rural de la madrugada de los martes (qué manía con colocar los estrenos cuando la gente se va a dormir).
TVE lo vendió como un recorrido por la España desconocida, como que iban a sacar a los que nunca salen (ya saben, servicio público bla, bla, bla) y resulta que se fueron a grabar a Lastres, que es uno de los pueblos más famosos del país porque allí se ha rodado Doctor Mateo . Conectando España es como el programa que tenían Imanol Arias y Echanove, pero sin ponerse ‘tibios’ por la cara, con una excelente realización y con publicidad. Los anuncios están prohibidos en TVE desde hace dos años, pero la ley permite una excepción: el patrocinio cultural, que debe ser un concepto amplísimo porque aquí se hace propaganda todo quisqui. Los que pagan el programa, que se han inventado un espacio ‘ad hoc’ para vender las bondades de la banda ancha, y los anónimos paisanos que salen, que no dan puntada sin hilo. Primero nos enseñan lo bonito que es su pueblo, luego nos presentan a la familia y acaban colándonos que tienen una página web. TVE sobreimpresiona el nombre en pantalla para que a uno le de tiempo a apuntar. Y la fórmula será legal, pero es que además de sujetarse a la legalidad y no gastarse un euro, a una televisión pública se le exige algo más.