Un ‘clásico vivo’
Miembros del jurado del premio Príncipe de Asturias de las Letras, concedido a Philip Roth, han destacado el carácter del novelista estadounidense como heredero de la gran novelística norteamericana y el acierto de distinguir a uno de los pocos autores a los que se puede calificar de «un clásico vivo».
Para la decana de Artes y Humanidades de la Universidad de Harvard, Diana Sorensen, el autor premiado puede ser considerado el continuador del grupo de grandes escritores estadounidenses de la década de los años treinta y su obra es «seria, densa, compleja y sostenida».
Sorensen ha destacado además su carácter «profundamente crítico» y el hecho de que esté imbuido «de un pensamiento judío con conexiones con un pensamiento político y social» que hace que sus novelas se centren «en el análisis de los problemas contemporáneos».
Así, ha recordado, su obra aborda cuestiones que van desde la crisis durante la etapa presidencial de Bill Clinton, a los problemas que plantea «llegar a una cierta edad» o la propia identidad judía y en cada novela «plantea una serie de preguntas y las desarrolla».
«Es uno de los escritores claves, uno de los pocos que podemos catalogar como clásico vivo sin temor a equivocarnos», ha asegurado a los periodistas el novelista Juan Jesús Armas Marcelo.