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Talavante, por la puerta grande de Las Ventas

Talavante en la faena de muleta a su primer toro.

Publicado por
juan miguel núñez | madrid
León

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Por actitud, Talavante marcó la diferencia en la corrida. También por ingenio. Talavante planteó su tarde con auténtica vocación de torero grande. Y así resultaron sus dos faenas, de mucha categoría. Con diferente guión, pues cada toro fue de diferente manera en hechuras y comportamiento. Hubo, no obstante, algo muy característico en ambas: el valor. Pasarse los toros tan cerca siempre tiene eco, es la fórmula más clara para «llegar» al tendido. Luego está «el alma» en la interpretación, que Talavante acertó a poner en cada lance y muletazo. El sentimiento del toreo para hacerlo arte. Y a todo esto, basándose en una impecable técnica, que en el caso de la que utilizó frente al sexto fue también infalible.

Rotundo Talavante desde que se hizo presente con el capote en el quinto por chicuelinas, en el quite ya que antes de ir al caballo el toro no tenía ninguna voluntad de embestir.

Con la muleta, la quietud y el valor. El muñecazo o golpe seco para enganchar de cerca la embestida y soltarla en el sitio justo para empezar el siguiente pase. Hubo una ligera interrupción en el toreo al natural por un par de enganchones, pues no fue toro que se entregara al cien por cien. Pero en general, lo fundamental, y por los dos pitones, tuvo unidad y armonía. Una faena con muy buen argumento. Fue una oreja de ley. Y tanto peso tuvo el trofeo también del sexto, toro que hizo dudar en la primera parte del trasteo, pues no terminaba de acompañar, yéndose suelto. Pero resurgió la esperanza cuando Talavante se anticipó en cada muletazo al siguiente.

La locura, y esta vez el toro rodado tras la estocada. Otra oreja, y la Puerta Grande, a la gloria.

Los otros dos alternantes, Morante»y Manzanares, desmotivados. El primero pretendió encandilar componiendo la figura en dos medios pases en el que abrió plaza, sin llegar a montar faena. Manzanares tampoco se dio importancia en ninguno de su lote.