Diario de León
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El invento del maligno yolanda veiga

El verano se ha instalado en nuestra tele con un bochorno pegajoso. Telecinco ha adelantado la temporada de saldos con el estreno de Todo el mundo es bueno , un talent show de frikis que nos han vendido como una reedición de El semáforo y que nos hace añorar a Cañita Brava. Al primer programa fueron una señora que pone los gemidos a las películas porno y que demostró valer bastante más como dobladora que como monologuista; un chaval como abducido que solo decía ‘yo estoy muy loco, yo estoy muy loco’ y que ilustró a la concurrencia con cuestiones sobre por qué tenemos raja en el culo —el chiste necesita de un gesto con el trasero así que no se puede explicar con palabras—; otro que blandía un capote mientras gritaba ‘Caña de España’ y de repente despelotaba a la bailarina y la dejaba en tanga... Pues eso, mucho bochorno. Menos mal que entonces salió el ‘Señor Guardia’, un hombre que fue a la tele después de chuparse mucha cola en el Inem. Contó que llevaba dos años en paro, como justificando qué hacía allí —y por dentro estaría pensando: ‘me pilláis aquí porque estoy muy necesitado, que si no iba a venir a este circo vuestro...’—.

Hizo bien en comentar lo del desempleo porque así se ganó al público y, de paso, los merecidísimos 15.000 euros del premio. Fuera del escenario, los otros: Pilar Rubio y José Corbacho, que tienen que trabajarse un poco más el feeling. Pilar sigue sin encontrar su hueco y en el primer programa se estuvo entrenando con gracietas de preescolar: ‘Señor Guardia, háganos una actuación fuera de la ley’; y a uno que se apellidaba Tapia: ‘Pero tú oyes bien, ¿no?’. Pilar le pone voluntad pero da la sensación de estar ahí de paso, como el propio programa. De José Corbacho esperábamos un poco más, pero también se le vio flojo, salvo cuando se deshizo del guión y se puso a hablar en inglés con el señor que tragaba humo y hacía pompas de jabón. ¡Ohhhh! Y también andaba por allí Paz Padilla, con bromas a diestro y siniestro y éxito relativo.

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