El alcalde promete un aula didáctica sobre la vida en el Mesolítico
Emilio Orejas, alcalde de Valdelugueros, con el futuro museo del valle al fondo.
La conocida como ‘casa del médico’ en Lugueros, cabecera municipal del valle, albergará un museo en el que se repasará la cultura tradicional, los modos de vida seculares y el inmenso patrimonio natural de este valle enclavado en plena cordillera cantábrica. El alcalde, Emilio Orejas, anunciaba ayer que la obra civil del museo está «prácticamente concluida» y que resta ahora «acondicionar» el interior de esta atractiva construcción de piedra y pizarra, el estilo típico del resto de la población montañesa. Su principal «carta de presentación», asegura el regidor, será la mayor de las salas, que se pretende convertir en un aula o centro de interpretación sobre los dos esqueletos y la vida cotidiana durante el período Mesolítico.
«A causa de lo inaccesible de la cueva, nuestra intención es recrearla en esta sala para que los visitantes conozcan cómo se encontraban los esqueletos en ella; también sería muy interesante realizar réplicas de los huesos para exponerlos convenientemente y explicar cómo vivían estas personas: sus costumbres, alimentación, salud, adornos... hablando del collar de dientes de ciervo, tan singular, etc.». Emilio Orejas, del PP y diputado de Deportes, cree que el descubrimiento y los importantes análisis de que están siendo objeto los restos hallados en La Braña-Arintero pueden ayudar a dar a conocer mejor este valle tan rico en bosques, montañas y simas, sirviendo de «revulsivo turístico». Por el momento, confía en seguir dando pasos para que llegue el día en el que el Museo de Valdelugueros sea una realidad.
En la misma localidad, los hosteleros son de parecida opinión: todo lo que sea atraer turismo será bien recibido. Así piensa Marisa, del bar Peña, quien ante todo pone por delante la excelente gastronomía que puede ofrecer al visitante esta comarca montañesa, tan destacada por sus embutidos y sus guisos de caza. «Que nos den algún alivio a estos pueblines», rogaban, asimismo, desde el centro social del pueblo de La Braña.