Prisión para la familia que robó el Códice
El juez imputa cuatro delitos al electricista de la catedral y blanqueo de dinero a la mujer y el hijo.
El magistrado envió a prisión provisional y sin fianza a Manuel Fernández Castiñeiras, autor confeso del robo del Códice Calixtino de la catedral de Santiago y le imputa delitos de robo continuado con fuerza, hurto, blanqueo de capitales y contra la intimidad. También ingresan en prisión la mujer, Remedios Mayo y su hijo, Jesús Fernández Nieto, ambos imputados por un delito de blanqueo de dinero.
En el auto el juez José Antonio Vázquez Taín justificó la medida por el «elevado riesgo de destrucción de pruebas». , El nuevo capítulo de este serial más propio de una novela de detectives comenzó a primera hora de la mañana de ayer con la llegada a los juzgados de Manuel Fernández para declarar. Tras más de tres horas de interrogatorio el caso mostró su complejidad. «Es bastante más serio de lo que se ha publicado», explicó el fiscal especializado en delincuencia contra el patrimonio cultural, Antonio Roma. Y es que todavía existen varios puntos oscuros que los investigadores tratan de esclarecer y que modificarían considerablemente la naturaleza del suceso, en especial, el origen del dinero incautado. La clave de todo sigue siendo Manuel, un hombre de enigmático carácter. En un primer momento, cuando fue detenido, se negó a colaborar.
«No me acuerdo», fue lo único que dijo a la Policía, según explicó el comisario jefe. De hecho nunca reveló el lugar donde escondía este manuscrito del siglo XII y que los investigadores encontraron en un garaje envuelto en una bolsa. Sin embargo, a última hora del miércoles confesó ser el autor del robo de la considerada primera guía del Camino de Santiago
Y explicó, como ya sospechaban los expertos, que actuó por venganza tras ser despedido tras 25 años de trabajos en la catedral. Según la reconstrucción realizada por la Policía, Manuel robó el Códice el 4 de julio de 2011, un día antes de que se denunciase su desaparición. Las cámaras de seguridad captaron el momento en el que el acusado salía del templo con un objeto escondido bajo la chaqueta
Manuel se enfrenta a una pena de tres años y medio a seis años por hurto con fuerza. Pero también está imputado de un delito por blanqueo de dinero que podría suponer hasta seis años de prisión.
De momento, las investigaciones se centran en descubrir el origen del 1,1 millón de euros que se le incautó en los diferentes registros.