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Los diestros David Mora y Fandiño salen a hombros de la Plaza de Toros de Pamplona.

Publicado por
juan manuel núñez | pamplona
León

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FERIA DE SAN FERMÍN

Ganadería : toros de El Pilar, bien presentados, nobles y de buen juego pero faltos de fuerzas

Matías Tejela: estocada desprendida (silencio), 2 pinchazos y estocada desprendida (silencio)

Fandiño: buena estocada (oreja) y estocada trasera (oreja y petición de otra)

David Mora: estocada (oreja) y pinchazo, estocada y descabello (oreja tras aviso)

Gran tarde de toros a cargo de los diestros Iván Fandiño y David Mora, que mantienen su particular rivalidad para seguir triunfando a lo grande, como ayer en Pamplona.

Siguen habiendo una gran rivalidad entre Iván Fandiño y David Mora, cuyas carreras ‘rompieron’ precisamente en los primeros enfrentamientos que tuvieron la pasada temporada. Toreros emergentes se les llamó entonces por aquello de darse a conocer en las ferias cuando ya llevaban un tiempo en la profesión.

Testigo mudo de este enfrentamiento, el primer espada, Matías Tejela, que vio como se inutilizaba su primer toro, partiéndose una mano en el inicio de faena, por lo que nada pudo hacer, y que en el otro, el cuarto, puso poco de su parte en un desvaído trasteo.

El primer compromiso fuerte de la tarde lo hizo Fandiño en el segundo, un animal algo tardo, paradito y de escaso recorrido, pero de infinita nobleza. El torero de Vizcaya se estiró en unos elegantes lances a la verónica, y, muleta en mano, resolvió una faena muy compuestita, con el encanto que da el temple y la naturalidad.

Un toque final de valor en unas ajustadas bernadinas antes de montar la espada. Por cierto, una gran estocada, hasta ahora la mejor en lo que va de feria, que por sí sólo ya valía la oreja que finalmente paseó.

Fandiño volvió a estar muy animoso, dispuesto y capaz frente al quinto. Faena de valiente para poner ‘la chispa’ que no tenía el toro, que repetía las embestidas pero quedándose cortito.

Hubo sobriedad y solidez en lo fundamental, sin faltar el oportuno adorno. Otra vez entró la espada a la primera y aquí hubo además de la oreja petición para una segunda. Triunfo grande el de Fandiño.

Y no le fue a la zaga Mora, luciéndose también en unos bonitos lances a la verónica en el tercero, amén de un ceñido quite por chicuelinas. El toro, un punto revoltoso, acabó entregándose al mando del torero, muy seguro en todo momento. Faena a más, exprimiendo mucho y muy bien las cualidades del astado, hasta que éste se dio por vencido. Una estocada y una oreja.

Y nuevo trofeo en el sexto, aunque aquí debieron ser dos si llega a matar a la primera. El toro, mansito, necesitaba de muchos desahogos para no rendirse. Mora lo entendió a la perfección. Y con mucha soltura, recreándose en la interpretación, le hizo el toreo muy despacito, con mucho gusto y le sirvió para salir a hombros.

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