Pintar las cadenas

El invento del maligno

Si nos das un minuto, te ofrecemos el mundo». Este eslogan de la emisora neoyorquina 1010-WINS en los años ochenta definía de forma clara la filosofía de un «promo» de cadena: Comprimir en una píldora de imagen un concepto que cree una corriente de empatía con su audiencia. La cadena busca así audiencia para su programación e incrementa su nivel de imágenes para resultar realmente atractiva. La fórmula para pintar la cadena.

Su aportación es aún más crucial en canales sin publicidad. Es el caso actual de la televisión pública, que ya sufría en tiempos el déficit de variedad en su Canal Internacional. Al carecer de publicidad la emisión se hacía demasiado adusta y pesada, sin respiro para la audiencia. Solo las autopromociones, de programas específicos o de la cadena misma, compensan la falta de las atractivas imágenes que nos suele ofrecer la publicidad.

Cuando se trata de programas secos, de caras y sillas, como las tertulias políticas, la necesidad de levantar su imagen es mayor. A falta de barcos de vela o coches rodando por parajes paradisíacos, la claves es hacer un corte e incluir un bello «promo». Televisión Española cuenta desde hace años un equipo formidable de promociones, reconocido por la Academia, que tenía ahora el reto de levantar la imagen de una cadena desprovista de publicidad. Entre los ejemplos paradigmáticos de su aportación están las promociones de los clásicos del cine, adobados por la música penetrante de Lana del Rey, que consiguen dar un halo de magia a películas ya vistas para hacerlas atractivas de nuevo. Su última aportación es un vídeo de naturaleza con imágenes sorprendentes, hiladas con el Across The Universe en versión de Jim Sturges. Si sumamos los promocionales de la Olimpiada o del Tour, vemos que la cadena levanta las expectativas al abrir la pantalla a un mundo amplio y atractivo, definiendo una cadena de gran calidad. Lo que le falta en estrenos, se compensa con una tanda de ‘promos’ de altísimo nivel. Aunque ya tercera en audiencia, La 1 se transfigura sabiamente.