Clip

Opinión | javier martín domínguez

Fue en los ochenta cuando se consagró la premisa de que la música entraba más por los ojos que por los oídos. El videoclip musical se instaló en nuestras vidas sobre todo a partir del nacimiento de la cadena dedicada al género MTV. La idea sigue viva, pero el consumo de la música visualizada en cadena ha ido perdiendo terreno, y MTV se dedica más al ‘reality’ adolescente que a la música. La irrupción del Ipod, los teléfonos con grabadora y el consumo en la Red ha cambiado el patrón. Ahora el ‘clip’ es la opción para que los jóvenes graben sus propios conceptos. Un ejemplo es la película del mismo título, ganadora en Róterdam y presentada en el Festival de Sarajevo, que cuentas las aventuras en el universo paralelo de los adolescentes con imágenes de móviles. Hasta el punto de constatar que sus experiencias más íntimas son completas si las están grabando.

En esa línea, otra producción serbia, Muerte de un hombre en los Balcanes , mantiene el punto de vista de una webcam durante ochenta minutos para ofrecer una comedia negra sorprendente y de coste muy limitado. La creatividad aliada con la nueva tecnología digital nos ofrece nuevas alternativas tanto en la narrativa como en las fórmula de producción que irán instalándose progresivamente en el mundo cinematográfico y televisivo. Veremos cada vez más el mundo con un punto de vista más personalizado y directo. Producción propia de verdad, para compartir por las redes. Gracias a YouTube y otras vías alternativas, la información sobre la vida no quedará limitada a los telediarios. Todo el mundo tira de móvil para subir a la red la otra cara más personal de lo que está pasado. Como en el recorrido victorioso de los futbolistas españoles por Madrid tras ganar el europeo. Vemos a la gente con los brazos en alto como en gesto de euforia, cuando lo que realmente hacen es usar su móvil para hacer la foto digital o grabar un vídeo. Todos somos directores de la película del presente. De aquella sociedad de los ‘massmedia’ hemos pasado a la de los ‘selfmedia’, los medios de comunicación masiva personal.