Ocio en León

El murciélago vuela de nuevo.

Prometió un final épico... y no ha defraudado. El Batman de Christopher Nolan regresa a los cines por tercera y última vez con El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace ( The Dark Knight Rises ), el broche de oro que se merecía la saga.

Es cierto que hay que invertir unas horas en revisar los dos capítulos anteriores y es que... de aquellos polvos vienen estos lodos. Han pasado ocho años desde que el ‘Joker’ aterrorizara Gotham con sus macabros juegos. Un caos que terminó con el caballero oscuro como villano y el caballero blanco siendo el símbolo de la lucha contra el crimen. Y si el antaño héroe de la ciudad es un fugitivo proscrito, Bruce Wayne, el hombre que se ocultaba tras la máscara, es ahora un hermitaño tullido que pasa sus días en batín. «No hay nada ahí fuera que me interese, Alfred», replica ante la insistencia del mayordomo para que regrese a la vida pública.

El resurgir del héroe para combatir el mal que emerge disfrazado de revolución centra el último capítulo de una trilogía sólidamente ensamblada que culmina en una lúcida historia que ha hecho de Batman lo que -al menos en la pantalla- nunca fue. Un mito.

Si atendemos a la visión fraccionada del conjunto, puede que El caballero oscuro sea mejor película, más equilibrada en su planteamiento, nudo y desenlace. La secuela contó además con un valor añadido: el ‘Joker’, el villano más atractivo de todo el universo de Batman que Heath Ledger elevó a la categoría de magistral. Nolan era consciente de ello, y puede que por eso no matara al payaso. Pero la repentina muerte de Ledger se encargó de cerrar esa puerta. Una lástima.

Pero incluso extrañando al lunático de la eterna y cicatrizada sonrisa, y reconociendo la ligera superioridad de su antecesora, no es menos cierto que El caballero oscuro: La leyenda renace es otro producto superlativo. Y no ya solo en el cine de superhéroes, sino como thriller de acción.

Sus casi tres horas de metraje pasan sin la necesidad de echar un vistazo al reloj gracias a las muchas bondades que derrochan Nolan, sus guionistas, su elenco y todo su equipo técnico.

En cuanto al reparto, Christan Bale -que ya siempre será Batman- sale de nuevo victorioso en la encarnación del siempre atormentado, ahora más decrépito, Bruce Wayne. El resto de viejos rockeros de la saga -Gary Oldman, Morgan Freeman y, sobre todo, Michael Caine- hacen lo que saben, lo que llevan haciendo casi toda su vida, bordarlo, y los novatos no se quedan atrás. Tom Hardy en el papel de Bane, Marion Cotillard y especialmente Hathaway superan todas las espectativas.

Bien pensado, épico es un adjetivo que se queda corto. Así que ocupen su butaca y pongan ustedes el epíteto que deseen. Servidor, esta semana, sí se levanta y aplaude.