Diario de León

Los nuevos mecenas de la cultura

Proyectos como grabar un disco, rodar un corto, restaurar edificios, montar una obra de teatro y festivales de música y cine afrontan la crisis y la falta de subvenciones con el ‘crowdfunding’ o cuestación popular.

León

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Se llama crowdfunding y ya no suena a chino. La idea es que todo el mundo puede ser mecenas por sólo 5 euros e, incluso, menos. El mundo de la cultura, uno de los más castigados por los recortes, ha encontrado en la financiación colectiva -la ‘cuestación popular’ de siempre- la tabla de salvación para proyectos que, de otra forma, jamás saldrían adelante. Los nuevos mecenas, ciudadanos anónimos, están detrás del rodaje de cortometrajes, la grabación de discos, la programación de festivales y la restauración de edificios. Uno de los pioneros del crowdfunding fue el largometraje El cosmonauta, con un presupuesto de 300.000 euros, de los que 250.000 los aportaron 4.000 inversores anónimos contactados por Internet. El filme está basado en el libro Poética para cosmonautas, del leonés Yago Ferreiro. Los actores leoneses Mayte Castillo y Nacho Garbe también encontraron mecenas en la Red. Sólo necesitaban 2.300 euros para poner en marcha el montaje teatral Salón Grandet y los consiguieron.

El crowdfunding movilizó en 2011 más de 1.200 millones de euros, cifra que, previsiblemente, crecerá en mil millones este año. En España hay dos plataformas que lideran el micromecenazgo: Verkami y Lánzanos. Su función es poner en contacto a creadores y mecenas, pero hay reglas: hay que exponer el proyecto, fijar un presupuesto y marcar un plazo. Sólo los más afortunados consiguen el dinero suficiente para financiar sus ideas.

La tercera edición del Festival de Cine y Televisión Reino de León depende también del crowdfunding. A través de la plataforma lanzanos.com ofrece ‘recompensas’ a los que sufraguen el certamen: una camiseta a los que aporten 5 euros; por 50 euros, camiseta e invitación para las galas; por 80, todo lo anterior más entradas para ver la clausura del festival; por 100, se lleva además un lote de productos leoneses... y así hasta 500. Los organizadores intentan recaudar 5.490 euros.

Clemente Bernard, director del documental Morir de sueños, estrenado recientemente en La Bañeza, se había marcado como objetivo la cantidad de 5.000 euros y logró 6.840. La cinta forma parte del proyecto Donde habita el recuerdo, sobre los trabajos de exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil.

Mecenas y agitador

Un tipo diferente de mecenazgo es el caso del ‘agitador cultural’ Pablo Guerra, que se inventó el Búnker Festival, celebrado hace unos días en Espacio Vías, para dar la alternativa a jóvenes músicos, pintores, escultores, arquitectos, fotógrafos y cineastas. A sus 20 años Guerra, estudiante de Cine e Historia del Arte, consiguió que apadrinaran su proyecto los grupos Nixon y La Habitación Roja -los únicos que no actuaron gratis-. Puso en marcha todo el ‘tinglado’ con sólo 200 euros. La restauración de la iglesia de San Juan de Sahagún la costea la hermandad del mismo nombre. Actualmente esta ermita de estilo neoclásico colonial, está ‘forrada’ de andamios para rehabilitar su fachada, que se encontraba gravemente deteriorada. En el capítulo de mecenas habría que citar a los miembros de la asociación Promonumenta, que llevan años cuidando del patrimonio leonés.

La Asociación Cultural Priorato de Escalada está a la espera de encontrar mecenas para celebrar los 1.100 del monasterio. Entre sus planes figura la realización de una copia de la virgen románica de Escalada, cuya original se encuentra en el Museo de León. También jugará un papel importante el facsímil del Beato de Escalada, ante las trabas que pone la Morgan Library de Nueva York para prestar el códice. Asimismo, los organizadores quieren realizar un congreso internacional sobre el monasterio y otras actividades que se diluirán si no reciben ayuda económica. No sólo los artistas y músicos emergentes buscan mecenas desesperadamente para exponer sus obras y grabar discos, también museos y otras instituciones culturales atraviesan por dificultades económicas e intentan subsistir con patrocinadores privados. El Musac es un ejemplo. El museo leonés, prácticamente desde su apertura, ha contado con ‘filántropos’ que han apoyado económicamente sus exposiciones. La conocida marca de lujo Hermès respaldó la muestra HBOX projec t; la exposición El molesto asunto fue una coproducción con el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de México; y la Artis-Contemporary Israeli Art Fund y el Ayuntamiento de Barcelona estaban detrás de la exposición de Miki Kratsman.

La Catedral de León durante años ha podido salvar importantes ‘tesoros’ gracias al Certamen de Pintura Rápida, que no deja de ser otro tipo de mecenazgo.

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