Fallece Robert Hughes, una vida dedicada a las letras
Fue uno de los críticos más influyentes y un gran valedor de la cultura española.
Sus limitaciones físicas no le impedían moverse con entusiasmo por el Museo del Prado, del que fue asiduo visitante. Apasionado de Goya, enamorado de Gaudí, el modernismo y Barcelona, el controvertido y popular crítico de arte y escritor australiano Robert Hughes fue siempre un amante y un gran valedor de la cultura española. Respetado como uno de los críticos más descarados, irreverentes e influyentes del mundo, Hughes falleció a los 74 años en la noche del lunes. Murió en el hospital de Nueva York en el estaba ingresado para recuperarse de su enésima intervención quirúrgica.
Y es que el grave accidente de tráfico sufrido hace más de una década y tras una profunda depresión, mermó sensiblemente las facultades de este corpulento y campechano intelectual. Tras el siniestro estuvo en coma durante cinco semanas en las que el imaginario de Goya se mezcló en sus alucinaciones. Encadenó después una docena de operaciones que lo ataron primero a una silla de ruedas y luego a un bastón.
El escritor y crítico australiano sintió desde sus años de formación una poderosa atracción por España y se convirtió en asido visitante de nuestro país y un impagable valedor de nuestro arte y nuestra cultura.
Escribió una biografía y dirigió un documental sobre su admirado Francisco de Goya y Lucientes. Aseguraba que el genio de Fuendetodos le acompañó en sus sueños durante el coma. Lo definía como «uno de los pocos grandes pintores del dolor físico, las crueldades y las humillaciones corporales».
Le dedicó en el año 2000 uno de sus documentales de más éxito Goya: loco como un genio elaborado para la BBC.
Su apasionado interés por Barcelona quedó plasmado en la serie de ensayos que dedicó a la Ciudad Condal y que le procuraron el premio ‘El Brusi’ concedido por la Olimpiada Cultural de Barcelona en 1992. Los agrupó bajo el título de Barcelona y suponían un repaso a la historia de la capital catalana a través del arte, la literatura y la arquitectura desde la época de los romanos hasta el siglo XX. En 2006 fue galardonado con la Creu de Sant Jordi, la más alta distinción otorgada por la Generalitat de Cataluña.
Crítico irreverente
Nacido el 28 de julio de 1938 en Sídney, Robert Studley Forrest Hughes estudió en Australia arte y arquitectura y comenzó a trabajar como ilustrador y crítico de arte en el diario local ‘The observer’. Se instaló en el Reino Unido a mediados de los años sesenta del siglo pasado.
Fue en Europa donde afianzó su prestigio como crítico con unas irreverentes y atrevidas opiniones y una manera singular y novedosa de formular sus tesis. Osado colaborador de los grande medios anglosajones como la BBC, los rotativos The Times y The Spectator y el semanario Time , no dudó en calificar de «papel para atrapar moscas» el trabajo de Francis Bacon. Azote de los posmodernos, reseñó a este movimiento como «el vómito de los ochenta». En esos años de desencanto cruzó el Atlántico para instalarse en Nueva York donde afianzó su labor como crítico, escritor y director de documentales en los que también hizo gala de su frescura e irreverencia.
Sus audaces opiniones formuladas en su atronadora voz fueron una bocanada de aire fresco en el envarado mundo de la crítica. Hizo Hughes un nuevo arte de la crítica del arte y acercó la creación al gran público. No en vano el diario The New York Times lo declaró «el crítico más famoso del historia».
Su tercera esposa se encontraba junto a él cuando falleció en la tarde del lunes en el hospital Calvary.