«Hace cincuenta años, los artistas éramos más héroes que otra cosa»

Cuando era joven y comenzaba a sentir el tirón de la música de manera poco menos que irresistible, Manuel Quijano manifestó en casa su intención de marchar a Madrid o Barcelona a probar suerte. «Mis padres me dieron entonces un consejo que seguí al pie de la letra —cuenta—: ‘Hijo, mira que el hambre pasa por delante de la puerta del ferroviario, pero no entra nunca’». Manuel decidió entonces seguir con su trabajo a pie de vía pero cultivando intensamente su pasión musical impartiendo clases y tocando en todo tipo de escenarios. Quedarse en León, así pues, no le impidió forjarse una carrera singular, alumbrar una saga artística de máxima altura y convertirse en lo que hoy es: todo un emblema viviente de la ciudad. Ahora acaba de sacar nuevo disco, Besos para ti .

—¿Qué caracteriza este nuevo álbum y en qué se diferencia del anterior, ‘Qué culpa tengo yo de haber nacido pobre’?

—El anterior era más bolerista, éste en cambio es muy completo, tiene tango, tiene vals, tiene cha-cha-chá, tiene rumba, salsa... y una balada muy bonita dedicada a dos mujeres que se quieren.

—¿Eres el autor de todas las canciones incluidas en él?

—Sí, aunque hay que especificar que en el primer tema, Besos para ti , la letra es mía y la música, de Sagrario García; y lo mismo pasa en la número nueve, Verdad amarga . El disco ha sido grabado entre León, Madrid y Miami y, en total, nos ha llevado un año de trabajo.

—¿De dónde extraes la inspiración para componer, cuál es tu materia prima musical? ¿Tienes un método de trabajo?

—Para componer no hay método: la inspiración te tiene que coger con un bolígrafo y un papel en la mano. Yo me meto en la ‘cueva’ que llamo, la trastienda del bar, y allí escribo. En cuanto a los temas, están sacados de la vida cotidiana, de las historias y problemas que me cuenta la gente que viene por aquí; esto es como una universidad y yo hago de rector, de psicólogo, de todo, todas las ocupaciones posibles. Son cosas que te cuentan o que vives en primera persona. Historias personales.

—Por ejemplo...

—El tema Yo soy así está dedicada a un buen amigo. Trata sobre alguien que es de una manera muy concreta y no se le puede ni debe cambiar. Pero también tenemos Señora de señoras , que está dedicada a la Virgen del Mercado, la patrona de León, con letra de Jorge Revenga. Mujer malvada , en cambio, va sobre una esposa que espera al marido a las tres pero éste llega a las dos y la encuentra con otro. La mancha de la mora aborda lo difícil que es superar una ruptura. Dos mujeres —que termina: ‘que se quieren, ¿por qué no?’— se dedica a las lesbianas, ninguna en concreto, en genérico. Son como el perro y el amo habla de cuando la mascota acaba pareciéndose a su dueño, y viceversa. En Verdad amarga , por ejemplo, el novio quiere buscar otros puertos pero la novia se aferra a él.

—En el anterior también hay temas dedicados, ¿verdad?

—Sí, hay una canción dedicada a mi madre que se llama sencillamente así, Madre ; y también está Canción para Julia , que tiene una historia muy bonita: Julia, de ocho años, es la hija de un matrimonio que viene mucho por aquí, y hay un niño en su colegio que está enamorado de ella, pero Julia no le corresponde. Entonces, él le pide que le dé un mechón de pelo «para clonarte y hacer una niña igual que tú, pero que me quiera», eso fue lo que le dijo. En ese disco también podemos encontrar Caprichosa , pensando en aquellas mujeres que no quieren creer que un día dejarán de ser tan guapas; Una copa , sobre la necesidad de armarse de valor antes de declararse; Noemí , tema que me pidió un amigo para conquistar a una mujer muy guapa (al final ella desapareció y él está en un psiquiátrico), Tenerte en mis brazos , está dedicado a Sagrario, etc.

—¿Qué diferencia encuentras, en lo que respecta al trabajo creativo, entre el momento actual y cuando tú comenzaste?

—Aquello eran otros tiempos. Ser artista hace 50 años era ser héroe, ahora lo tienen mucho más fácil.

—Pero los artistas, actualmente, se quejan, y mucho.

—Es que el artista tiene que vivir de lo que genera, y si esa creación no está protegida, pues mal vamos. Yo soy miembro de la SGAE, pero también desde ahí se han cometido abusos. Claro, el que cuenta el pescado es el que puede quedarse con parte de él. La última ley creada a tal efecto, además, no ha surtido el efecto deseado.

—¿Un deseo no cumplido?

—No haberme preparado lo suficiente, musicalmente. Yo comencé haciéndome mi propia guitarra (con un palo, una lata y unos alambres) y me he hecho a mí mismo. Pero mis hijos, por ejemplo, esos ya en la barriga de su madre escuchaban música. Son casos completamente diferentes.