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Publicado por
Boquerini
León

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El colofón a los Juegos de Londres ha sido musical. Un deslumbrante espectáculo de luz, color y sonido con la música británica como eje central.

Quedan ya en la retina las nuevas marcas, que parecían imposibles de lograr, los nuevos deportistas que ya ocupan ese Olimpo de los dioses junto a los más veteranos que siguen siendo inmensamente grandes. Para los españoles estos juegos, que empezaron mal, han sido los de las mujeres.

Y los del agua. Féminas, que han estado entrenando durante cuatro años a la chita callando, casi sin medios, se han impuesto a los hombres, más publicitados y con mucha más atención mediática. Y si en las pistas de atletismo no tenemos nada que hacer, en agua hemos sido los reyes.

O mejor dicho, las reinas. Habrá que ver lo que serán capaces de hacer en Río, si es que tanto recorte no las dejan en dique seco. Para el resto de los españolitos han sido los juegos de la televisión. Hoy día serían inconcebibles unos Juegos Olímpicos sin la televisión presente. Horas y horas por TVE 1, por la 2 y por Teledeporte, a los que este año se han sumado también las nuevas tecnologías: se han podido ver también por Internet e incluso a través de las redes sociales ha habido quien ha querido emular a los comentaristas televisivos contando y tuiteando al segundo lo que estábamos viendo.

Hay deportes muy minoritarios, casi desconocidos e incluso aburridos, que en una olimpiada a través de la televisión, cobran una dimensión espectacular. Un acierto de Televisión Española el habérnoslos traído a casa. La clausura estuvo a la altura, con la música pop británica de las cinco últimas décadas en todo su esplendor. De la reunión por una noche de las Spiece Girls a los Who. De la música de The Beatles (emotiva la grabación donde apareció John Lennon y su ‘Imagine’), a Bowie y al añorado Freddy Mercury.

Y como en la inauguración, si los comentaristas de TVE se hubiesen callado un poco (aunque hay que reconocer que en esta ocasión estuvieron bastante más contenidos) habría ido mejor. Nada más acabar la mágica ceremonia de clausura, TVE dio paso al cutre concurso telefónico pensado para hacer caja. Fue una brutal vuelta a la dura realidad.