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El gracejo español satura las redes hasta con ‘Paquirrín’ hecho un cristo

Publicado por
alicia arribas | madrid
León

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No hay desgracia, por triste que sea, que no acabe convertida en chiste o chascarrillo por parte del pueblo español, que, en este terrible verano de ajustes y recortes, ha puesto su diana en la «restauración» que una octogenaria hizo de una pintura de comienzos del siglo XX que había en la iglesia de su pueblo. Tras hacerse público el destrozo, el gracejo español saltó a las redes en forma de Kiko Rivera, ‘Paquirrín’, al que —hay que reconocerlo— recordaba vagamente la imagen restaurada.

En un pispás, Twitter, que lo convirtió enseguida en el hashtag #eccemono», Facebook y hasta Instagram se vieron saturadas de versiones de la imagen, que con todo realismo (y mucho photoshop) mostraban a Belén Esteban, la duquesa de Alba, Mariano Rajoy, Mario Vaquerizo o Leo Messi, convertidos en nuevos cristos dolientes.

Como no podía ser de otra manera, la tan espectacular noticia saltó a la prensa internacional: de Francia ( Liberation , que se pregunta: ‘¿La peor restauración de todos los tiempos?’, o Le Monde , que titula con un ácido ‘Mierda divina. La restauración de una pintura de un Cristo se convierte en una masacre’) a Estados Unidos, donde lo cuentan con detalle en el New York Gallerist. En el Reino Unido fue la tercera noticia (seria) más leída en la web de la BBC News.

El también británico The Telegraph se refiere a Giménez como «una buena samaritana», a la que, no obstante, acusa de «destruir un fresco» de casi un siglo de antigüedad.

«Hola amigos, bienvenidos a Bricomanía. Hoy vamos a ver como restaurar un ‘Ecce homo’» y «Cecilia, tunea mi coche» son dos de los comentarios más retuiteados, aunque también tienen muchos partidarios («qué restauradores, ni restauradores, que lo dejen como está»). Hasta se ha creado una recogida de firmas online para que el Ecce Homo de Borja se quede así (y lleva ya 1.500). Cecilia Giménez, de 80 años, reconocía que no era la primera vez que intentaba «mejorar» los frescos, y que contaba con el permiso del cura, aunque reconocía que el trabajo «se le fue de las manos». «Con toda mi buena voluntad, he hecho una cosa que creía que estaba bien. Además, todavía no está terminada», decía la mujer.

Incluso una avispada web de personalización de camisetas (la Tostadora), ya han anunciado un nuevo diseño; por supuesto, el del ‘Ecce Mono’.