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Gadir edita la obra ganadora del I Premio Monteleón de Novela

Rodrigo Martín Noriega presentó ayer ‘La variable humana’.

Francisco Flecha, Javier Santillán, Rodrigo Martín, José María Merino y Dionisio Domínguez.

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e. gancedo | león
León

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Gracias a las gestiones de los escritores leoneses Luis Mateo Díez y José María Merino, la editorial Gadir se ha encargado de publicar La variable humana , el libro ganador de la primera edición del Premio Novela Corta de la Fundación Monteleón. Ayer, el autor de esta obra, el vallisoletano Rodrigo Martín Noriega, presentó la novela, ya editada, en compañía del responsable de la Obra Social de Caja España-Duero en León, Dionisio Domínguez; del escritor y académico leonés José María Merino; del director de la editorial Gadir, Javier Santillán; y del patrono de la fundación y miembro del jurado, Francisco Flecha.

Ha sido el «gran éxito» en cuanto a la convocatoria de esta primera edición la que ha movido a la fundación a impulsar la «edición limitada» de una obra que aúna, como recordó Merino, «la ficción científica, el ensayo y la novela negra». «Va a haber una segunda edición, seguro», ya que la alta participación y la alta calidad literaria del texto ganador «nos ha dado alas y ganas para continuar», reflexionaba ayer Dionisio Domínguez. El director de Gadir, por su parte, reconoció que, a pesar de no estar en principio vinculadas su editorial y este premio literario, tanto Merino como Mateo Díez «me habían hablado maravillas de la novela», perspectivas que se cumplieron al leerla, ya que le «encantó». «Estamos ante una novela valiosísima a la que, si hay que reprocharle algo, sólo puede ser su brevedad», comentó, asegurando que combina «una gran amenidad y una excelente técnica literaria» con una asombrosa «profundidad temática» («ojalá tenga una segunda parte», sugirió). A su vez, el autor leonés José María Merino habló de «ocurrencia felicísima» la de crear este premio sobre un género que le atrae sobremanera y que le parece especialmente difícil, pues ha de reunir «la concisión del cuento con la complejidad de la novela», y destacó especialmente la maestría del autor a la hora de crear «esa precisa atmósfera de trabajo y discusión entre científicos y matemáticos» y una trama «que se sigue con fascinación» hasta llegar a un final «que es digno de novela negra». Por último, Francisco Flecha defendió la labor de la Fundación Monteleón —no es otra que la de ofrecer a la sociedad que la ha hecho posible «cultura de la que fecunda», pero también «enraizada» en esta tierra—, y se mostró orgulloso de promocionar a autores «emergentes», de esos que vienen «con un maleta de duro y silencioso trabajo debajo del brazo».