Caja España pone fin al mecenazgo de los estudios sobre el reino leonés
‘Documentos de la Monarquía’ cierra una serie de 133 títulos publicados desde 1969.
En 1969, la entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León acordó patrocinar un proyecto —de enorme ambición en lo científico y gran alcance en lo temporal— ideado por el archivero José María Fernández Catón: la idea era reunir, en una misma colección, los abundantísimos documentos históricos dispersos por infinidad de archivos, templos y cabildos, necesarios para conocer el legado del Reino de León. El proyecto, llamado Fuentes y estudios de historia leonesa , acabó por convertirse en la más completa reunión de textos históricos vinculados a un territorio medieval existente en el mundo. Ayer, Caja España-Duero, heredera de la Caja inicial, anunció el cese de tal mecenazgo, al menos «hasta que vengan mejor dadas», en palabras de José Manuel Fernández Corral, director general adjunto de Caja España-Duero.
El número de títulos publicados en esta serie ha ascendido a 133, y en ella no sólo aparecen colecciones documentales e índices de las cancillerías regias, también trabajos de autores actuales que indagan en aspectos clave para conocer la historia y cultura leonesas —por ejemplo, el último en aparecer fue el postrero tomo del Léxico del leonés actual , de Janick Le Men—.
Fernández Corral realizó la citada declaración en el acto de presentación del segundo volumen de Documentos de la Monarquía Leonesa , obra formada por una caja en la que, por una parte, se presenta un libro con trabajos encargados a destacados expertos en historia, sociedad y lenguaje del León medieval, y por otro, facsímiles de documentos escogidos, comprendidos todos ellos entre los reinados de Urraca I y de Alfonso IX, último monarca privativo de León, unas reproducciones, anotó, «de altísima calidad».
La aparición tiene lugar cinco años después de publicado el primer tomo y constituye, como se puso de manifiesto ayer, un acto de homenaje en memoria del archivero diocesano Fernández Catón (1929-2009) y del «colosal esfuerzo científico y divulgador» que iniciara con el apoyo del Obispado y de la Caja a través de la Fundación Monteleón, una labor que, dijo, «nos sobrevivirá a todos» y «facilitará durante siglos la labor de los historiadores». El obispo legionense, Julián López, tras haber calificado el proyecto de Catón de «verdaderamente monumental» y recordar la importancia de los archivos eclesiásticos en la transmisión de la cultura, realizó en voz alta un «voto», tanto por él mismo «como por muchos profesionales y personas amantes de León preocupadas por este tema»: el de «que no desaparezca del todo la colección Fuentes y estudios de historia leonesa ». También José Manuel Ruiz Asencio, responsable del comité científico encargado de coordinar la obra presentada, en símil futbolístico, declaró, en nombre del equipo: «Estamos tristes». «No queremos que este título sea el canto del cisne de la colección», expresó, máxime cuando Fernández Catón «dejó encomendada más tarea, como la Colección Diplomática de la catedral de Zamora, prácticamente terminada». A estas peticiones respondió Fernández Corral: «No es bueno dar falsas esperanzas; Caja España da ahora por finalizado su mecenazgo, un ciclo que se cierra con la reciente muerte de Catón, aunque si la situación mejora en el futuro, no tendríamos inconveniente en seguir apoyándola».