Españolísimas

Ambas tendrán grandes oponentes enfrente pero ambas son series que merece la pena ver. O grabar. Ficciones españolas de signo opuesto. Lo chusco y la ‘finezza’. La caricatura y la distinción. Las dos tienen un origen en otras series. La que se avecina (LQSA), uno obvio en Aquí no hay quien viva . Y Gran Hotel tomó de inspiración Downton Abbey (fue una cosa del tipo «hagamos algo así en España»). Gran Hotel se adentrará esta temporada en la comedia para dar un poco de respiro al espectador entre tanta tensión. Downton Abbey, en cuyas tramas prima menos el misterio y la intriga, también ha tomado un derrotero por la comedia en su tercera temporada. Es casualidad y coincidencia (cuando se escribió, incluso cuando se rodó la segunda de Gran Hotel todavía no se había emitido la tercera de Downton Abbey) . Pero la comedia en la serie de Antena 3 es una pizca dentro del drama.

La comedia de la serie de Telecinco es su razón de ser. Cuando empezó, LQSA era una ficción bastante plana tirando a ramplona, personajes que ya conocíamos con los nombres cambiados y viviendo en las afueras. Pero a partir de la tercera, quizá la cuarta temporada, la cosa había cambiado. Los hombres de Paco se distinguía de todas las demás series por un humor especial muy español. Con LQSA ha pasado algo muy similar. No hay comedia como LQSA. Es cómic, es Padre de familia con toques de Berlanga y garbanzos, es pura exageración, pura incorrección y una producción que ya no debe nada a Aquí no hay quien viva (creo que cuando aparezca Fernando Tejero hasta va a chirriar). El personaje de ‘El Rancio’ («soy mayorista, no limpio pescado») hace que Mauricio Colmenero parezca socialdemócrata. Su atractivo está precisamente en lo bruta que es. Los defectos de sus grotescos personajes son la virtud de la ficción. Quizá se haga demasiado larga (es la maldición de las duraciones en España) pero han conseguido una serie bastante redonda. Gran hotel es otra cosa. Una más fina.