Bond cumple 50 sin achaques
Sean Connery fue el primero en interpretar al espía británico.
Ha derrotado a los más viles villanos sin despeinarse, conocido bíblicamente a bellezas de todo el planeta y apurado más martinis «removidos, no agitados» de los que aguanta un hígado común, una vida de película que no le ha pasado factura: James Bond cumple 50 años en el cine sin un solo achaque.
Ni siquiera la crisis ha podido con este «gentleman» del espionaje, aunque por los pelos, pues los problemas económicos de los estudios MGM casi consiguen lo que no lograron ni Goldfinger ni el Doctor No, ni Hugo Drax: mandar de vacaciones forzosas a 007 durante casi tres años.
Pero los admiradores de Bond pueden respirar tranquilos. A finales de octubre próximo se estrena Skyfall, la película número 23 de una de las sagas más rentables de la historia del cine.
Skyfall es uno de los hitos de la celebración de este medio siglo de Bond en el celuloide, con Daniel Craig enfundándose por tercera vez -antes fueron Casino Royale y Quantum of Solace- el esmoquin de 007 bajo las órdenes de Sam Mendes y con nada menos que Javier Bardem en el papel de malo malísimo.
Todos eran Bond
Craig es el sexto actor que interpreta al más célebre de los espías británicos al servicio de Su Majestad, un personaje tan icónico para los británicos que incluso tuvo un papel protagonista en la ceremonia inaugural de los pasados Juegos Olímpicos de Londres. Hace ahora cinco décadas, un jovencísimo Sean Connery tuvo el honor de ser en Dr. No el primero en poner voz y cara al personaje creado en 1952 por el periodista Ian Fleming, quien rentabilizó sobre el papel su experiencia como miembro de los servicios de inteligencia durante la II Guerra Mundial. A lo largo de este tiempo, han servido a la Reina con licencia para matar seis actores: Connery (6 títulos), George Lazenby (uno), Roger Moore (7), Timothy Dalton (2), Pierce Brosnan (4) y Craig (3).
Lejos de antihéroes como el agente de La Continental de Dashiell Hammet, siempre inmersos en la sordidez de los más bajos fondos, James Bond, visitante asiduo de casinos, estaciones de esquí y villas de ensueño, conductor de Aston Martin y usuario de impensables artilugios se convirtió en el hombre al que todos envidiaban y con el que soñaba cualquier mujer. Impecable en las formas y en el vestir, Bond se ha rodeado con mejor o peor suerte -porque las hubo traidoras- de las más bellas acompañantes, conocidas con el tiempo como «chicas Bond». Con permiso de la siempre fiel, sufrida y platónica Miss Monneypenny y de la férrea M, la nómina de chicas Bond es mareante, desde la primera de ellas, Ursula Andress, pasando por Diana Rigg, Jane Seymour, Britt Ekland, Barbara Bach, Carole Bouquet, Kim Bassinger, Sophie Marceau, Halle Berry o Eva Green.