Los sueños que nunca existieron

La pintura de Nadir está llena de misterios. En cada uno de sus cuadros hay cientos de citas, y varios argumentos contrapuestos que se enredan en sí mismos con un solo motivo: contar un sueño.

Pero Nadir no pinta pesadillas, no se sumerge en el surrealismo gratuitamente. El pintor, a la hora de plasmar su obra en el lienzo pretende siempre tener la mente en blanco. No se inspira en los recuerdos ni en las ilusiones oníricas. Comienza lanzando toda su sensibilidad sobre unos fondos que con el tiempo han adquirido una textura más matérica. Crea así un escenario abstracto a partir del cual va componiendo su partitura pictórica.

Y luego vienen las estrofas de sus musicales lienzos. Para crearlas Nadir hace surgir de su subconsciente todo el cúmulo de anécdotas infantiles que, sin perturbarle, le mantiene en constante vigilia. Nunca ha abandonado sus juguetes, sus mascotas, esas cosas que los hombres menos sensibles dejan arrumbadas en cualquier rincón del desván familiar, pero que para él siempre están presentes. Así, después de poner notas a su pentagrama de colores, va añadiendo poco a poco los versos surrealistas de sus poemas. La historia ya está sobre el bastidor, es sueño ha sido inventado, ahora llega el momento de que sea el espectador el que la complete.

Pasión surrealista

Para la exposición que puede verse en la galería de arte Bernesga, el artista ha querido ser más surrealista que nunca. «Pretendo -dice- que cada una de mis exposiciones forme un capítulo diferente en mi carrera. Intento cambiarlo todo para que las cosas sigan más o menos lo mismo. En este caso empleo únicamente dos formatos, uno digamos grande y otro mediano… o quizá pequeño. Nada tienen que ver estos cuadros con las acuarelas que expuse en esta misma galería hace algún tiempo. También hay veladuras y muchas piezas para establecer un puzle que acerque al espectador a la belleza, pero con otras cadencias. En este caso el hilo conductor son los instrumentos musicales, pero estos son solamente una disculpa para transitar por mundos muy variados y sugerentes».

Entre las cualidades de Nadir como pintor figura su religioso respeto por la técnica, por la composición, por la selección del color. Sus obras pueden gustar más o menos, pero será muy difícil ponerle un solo pero a su trabajo. «Me gusta elaborar mucho mis cuadros. Por eso, aunque en algunos casos puedan parecer sencillos, son la consecuencia de muchas horas de trabajo en el estudio. De mucho ir poniendo una capa sobre otra, de no dejar nada al azar, aunque al final pueda parecer que el resultado es una obra surgida espontáneamente del caos. Tengo la ilusión de que mis cuadros interesen lo mismo a un sesudo crítico que a un niño que sorprenda con su mirada inocente los entresijos de los colores, de los personajes y las cosas que se integran en cada cuadro».

Nadir, el pintor que es capaz de inventar sueños y de trasladarlos al lienzo con mano segura y armónica belleza, vuelve a sorprendernos con su obra.

Lugar: sala Bernesga. Calle Roa de la Vega, 8.

Horario: de lunes a viernes, de 12.00 a 13.30 y de 18.00 a 21.00.