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Un leonés en la corte de los Oscar

Antonio Rubial, durante años la ‘sombra’ de Penélope Cruz, tiene una agencia con los mejores actores españoles.

El leonés Antonio Rubial dirige la agencia de actores y directores A6 Cinema.

León

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El leonés Antonio Rubial pertenece a la selecta minoría de españoles que ha pisado la alfombra roja de los Oscar. Tres veces ha estado en el Teatro Kodak de Los Ángeles como la ‘sombra’ de Penélope Cruz. Durante años fue su jefe de prensa. El hombre que dirigía sus pasos. «Cuando le dieron el Oscar fue uno de los momentos más impresionantes que he vivido». Pero el trayecto hasta la meca del cine fue largo y lleno de dificultades. «Me lo he currado desde el minuto uno y he peleado mucho», asegura este emprendedor -palabra que resume como ninguna la carrera de este chico del barrio de Pinilla, descendiente de una familia de Barrios de Luna, que hoy es ‘confesor’, asesor, jefe de prensa, psicólogo y peluquero si hace falta de algunas de las mejores estrellas españolas-. «Ir a los Oscar ha sido como un máster acelerado», confiesa Rubial, quien pudo conocer de cerca a Sharon Stone y Demi Moore, «impresionantemente guapas», a un actor «con un gran magnetismo» como Jack Nicholson, a la «altísima y elegantísima» Nicole Kidman o al ‘divino’ DiCaprio, «un tío con muy buen rollo». Pese a haber entrado en el olimpo de las estrellas, Rubial tiene los pies en el suelo y no ha perdido el contacto con León. Todo lo contrario. «Voy con frecuencia, allí está toda mi familia».

Cuenta que entró en este ‘mundillo’ por casualidad. Siempre le habían atraído la moda y la publicidad, pero se embarcó en la carrera de Administración y Dirección de Empresas -la primera promoción de León-, que dejó colgada cuando comprendió que quería un trabajo «creativo, divertido y que me permitiera hacer cosas diferentes». La primera oportunidad le llegó cuando el productor de televisión vallisoletano Miguel Ángel Villa le propuso montar a medias en esa ciudad una agencia de modelos. «Hoy es uno de mis mejores amigos», dice Rubial, quizá para dulcificar una profesión en la que abundan los tiburones.

Rubial hace las maletas para instalarse en Valladolid con sólo 20 años y ninguna experiencia, «pero sí muchas ganas» y una intuición que le ha fallado pocas veces. Pero pronto el negocio se le quedó pequeño. «El mercado de la moda en Castilla y León no es muy amplio, así que pensé en trabajar con actores y modelos en Madrid». Nuevamente hizo las maletas. En una agencia madrileña le surgió una gran oportunidad cuando hubo una baja en el departamento de actores. «Me gustó más que la publicidad y la moda». Sin embargo, Rubial era consciente de que le faltaba oficio, así que decidió buscar un buen maestro. Era el año 1999. «Me hice un listado de los actores que más me gustaban y al lado ponía quién era su representante. Así me confeccioné un ránking de agentes y llamé al primero de la lista. Les hizo gracia mi llamada y, tras unas pruebas, me cogieron».

Antonio Rubial había entrado en Kuranda, la agencia de Katrina Bayonas, que descubrió a Penélope Cruz cuando apenas era una adolescente. Trabajó con ella durante trece años. De becario a socio de la empresa.

La independencia

Este verano Rubial decidió independizarse y ha montado su propia agencia, A6 Cinema, dedicada a la representación de actores y directores. Es un ‘dos por uno’. Ejerce como representante y se ocupa de negociar los contratos de sus estrellas y también es su jefe de prensa, decide dónde y con quién aparecen sus actores y actrices. «Es como lo hacen en Estados Unidos», afirma. Y su estilo ha calado en la nueva ‘hornada’ de actores. Rubial tiene en su agencia a Clara Lago, Pablo Rivero, Jon Kortajarena, Andrés Velencoso, Quim Gutiérrez, Marta Etura, Leticia Dolera, Marta Torné, así como a las veteranas Leonor Watling, Natalia Verbeke Lydia Bosch o Águila Roja David Janer.

En un festival de Cannes Rubial acabó peinando «sin tener ni idea ni utensilios» a Leticia Dolera y Natalia Verbeke, «porque la peluquera del festival las había dejado tan mal que nos echamos a reír». «Durante un tiempo me llamaban el peluquero». Su método es sencillo. Se pone en la piel del actor. «Pienso cómo me gustaría a mi que hiciera mi representante a la hora de negociar un contrato».

Rubial es muy diplomático y no quiere ‘mojarse’ al hablar de sus ‘protegidos’, pero reconoce que con Clara Lago lleva desde que la actriz tenía 10 años. «Fue una de mis apuestas más claras». Más difícil fue fichar al hijo de los Alcántara, Pablo Rivero y a Velencoso. Actualmente está inmerso en la promoción de la última película de Andrés Velencoso y Clara Lago, Fin, un thriller apocalíptico que se estrena el 23 de noviembre. Y sigue los pasos de Quim Gutiérrez en el rodaje de Tres bodas de más.

Conoce a la mayoría de los actores leoneses aunque no representa a ninguno. Le encantaría descubrir a un nuevo talento de su tierra. Para él sería una forma de devolver un favor, porque «a mi me ayudó mucha gente para llegar hasta aquí...».

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