Diario de León

La historia a propósito de Crémer

María Josefa García Cirac: «La obra de Escapa es una aventura épica a través de la literatura leonesa». Antonio Gamoneda: «‘El siglo de Crémer’ es una obra de una corpulencia estética de primera magnitud». Pablo Lago: «Este libro es una biografía de la cultura de un siglo a través de la obra de Victoriano».

Antonio Gamoneda, José Luis Ulibarri, María Josefa García Cirac, Ernesto Escapa y Pablo Lago.

Antonio Gamoneda, José Luis Ulibarri, María Josefa García Cirac, Ernesto Escapa y Pablo Lago.

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cristina fanjul | león
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«Ernesto Escapa ha estado 35 años acumulando sabiduría y su capacidad fascinante de captación documental ha producido una obra con una corpulencia estética de primera magnitud». Antonio Gamoneda realizó ayer un prolongado elogio de la labor que el escritor y periodista leonés ha llevado a cabo en la obra El siglo de Crémer. Un viaje por la literatura leonesa contemporánea . El autor de Lápidas recorrió de manera pormenorizada algunos de los capítulos de este libro que, aseguró, ofrece una comprensión única de la cultura y la sociedad leonesa del pasado siglo.

El premio Cervantes se expresaba así en el acto de presentación de la obra, que contó con la presencia de la presidenta de las Cortes, María Josefa García Cirac, la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, el alcalde de León, Emilio Gutiérrez y el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez Quiñones, el rector, José Ángel Hermida, el secretario provincial del PSOE, Celestino Rodríguez y el alcalde de San Andrés, Gregorio Chamorro. También acudieron a la cita el hijo de Crémer, Francisco Crémer Leonardo, el columnista Pedro Trapiello o el escultor Juan Carlos Uriarte.

La presidenta de las Cortes de Castilla y León, María Josefa García Cirac, subrayó la «aventura épica» que Escapa ha acometido con este libro —publicado por la Fundación Villalar y Diario de León—, asegurando que gracias a la labor de guía del escritor leonés, los lectores podrán aventurarse a través de «todos los recovecos del laberinto literario» que propone la obra. Cirac quiso además destacar cómo Ernesto Escapa ha querido que este recorrido no se limite a los acontecimientos culturales y a sus protagonistas locales, por lo que, junto a personalidades como Ramón Carnicer, Antonio Pereira, Antonio Colinas, Luis Mateo Díez o Antonio Gamoneda, ha incorporado referencias nacionales y extranjeras con las que consigue ampliar el panorama global y resaltar el vínculo con otras figuras decisivas de la cultura contemporánea. En este capítulo, García Cirac citó a Antonio Machado, Patricio de Azcárate, Buenaventura Durruti, José Ortega y Gaset, Manuel Tuñón de Lara o a Ángel González.

Por su parte, el director de Diario de León, Pablo Lago, aseguró que con este libro, el periódico salda una de las muchas deudas que tiene con Victoriano. Pablo Lago definió el libro como una biografía de la cultura de un siglo a través de la obra de Victoriano Crémer, sin cuya figura, dijo, no podría entenderse la historia del periódico. El director de Diario de León describió la intrahistoria del libro, desvelando que en un principio la obra iba a ser editada por otro medio de comunicación y cómo, en un momento del camino, el relato de los hechos cambió de signo. «Cuando Ernesto Escapa nos ofreció el libro le dijimos que no podía publicarse en otro lugar que no fuera Diario de León», explicó Pablo Lago. El director remachó su intervención subrayando la estrecha imbricación entre el Diario y el escritor. «Ni el Diario de León puede entenderse sin Crémer, ni Crémer puede entenderse sin Diario de León».

Ambigüedad

Antonio Gamoneda, que inició su intervención calificando el libro como «irresumible» — «no puedo referirme a él con cuatro afirmaciones laudatorias ni tampoco profundizar como me gustaría»— quiso emprender la disección de la obra de Escapa apoyándose en el carácter ambiguo que, según aseguró, presidió la vida del escritor.

Así, se refirió a sus primeras influencias —su abuelo el herrero, su padre, carrero en una fábrica de gas, sus tribulaciones como niño trabajador, o sus tempranas conexiones con los anarcosindicalistas. Gamoneda recordó el primer poema de Crémer, Vía crucis , un romance sobre los sucesos de Casas Viejas, por cuya publicación fue procesado y en cuya causa fue defendido por el capitán Lozano, abuelo del presidente Zapatero.

«La muerte le sobrevolaba», resaltó Gamoneda, para prologar la entrada de Crémer en el campo de concentración de San Marcos. «Victoriano Crémer entró en la cárcel significado ideológicamente y salió a la defensiva», siguió rememorando el poeta, que no quiso hablar de las «intervenciones amistosas» que influyeron en la libertad del escritor. Y fue a partir de aquí que comenzó el autor de Cecilia a adentrarse en la citada ambigüedad de Crémer. «La cárcel explica que algunos de los artículos que Crémer escribió como Asterisco fueran ambiguamente laudatorios con el régimen. Fue una ambigüedad necesaria para sobrevivir y tratar de vivir después partiendo de la pobreza». Ese equívoco ideológico también se explica a través de la publicación de la Fábula de D.B , con la que Crémer hace una elegía de Buenaventura Durruti y sigue con su colaboración necesaria en la puesta en marcha de la revista Espadaña , un proyecto literario con el que se enfrentó, junto a González de Lama y Eugenio de Nora, al academicismo literario que realizaba la revista Garcilaso .

Antonio Gamoneda se refirió también a contemporáneos de Victoriano Crémer, y lo hizo con detalle en los nombres de Ricardo Gullón, de Ramón Carnicer y de Leopoldo Panero. Además, hizo hincapié en la importancia que la literatura leonesa ha tenido en el último siglo y, en este sentido, destacó que si se sumaran todos los premios alcanzados por los literatos de provincia en estos cien años se alcanzaría la treintena. Es el enorme siglo literario de Crémer.

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