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el siglo de crémer. las palabras del autor

«Con este libro he hecho un recorrido por lo que ocupó y preocupó a Crémer»

Ernesto Escapa con el hijo de Victoriano, Francisco Crémer Leonardo.

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cristina fanjul | león
León

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Erneto Escapa dejó claro ayer que El siglo de Crémer ya no le pertenece. «Como diría Machado, cuando una obra se publica pasa a ser del dominio público», inició el autor de la obra su intervención en el club de prensa. El periodista subrayó que la figura de Victoriano le ha permitido hacer un recorrido a través de todo lo que ocupó la vida del escritor y todo aquello que le preocupó. Precisó, así que El siglo de Crémer pretende ser un «viaje» por la cultura leonesa del siglo pasado a través de la figura del autor de Tacto Sonoro como «hilo conductor», para hacer un recorrido por diferentes figuras literarias que poseen un vínculo «menos conocido» con la ciudad de León, como pudieron ser Antonio Machado o Valle Inclán. Todo ello sin olvidar los momentos «álgidos» de la vida de Crémer, como fueron la época republicana, la aparición de la revista ‘Espadaña’ o sus libros «esenciales».

Escapa califica la figura de Crémer como «decisiva» en la evolución de la literatura leonesa del siglo pasado y de los primeros años de este siglo, y asegura que hay datos muy significativos que pueden explicar por sí solos la personalidad del poeta. Entre estos ejemplos, Escapa subraya el hecho de que el escritor dejara, a modo de legado, varias columnas inéditas que fueron publicadas en Diario de León después de su muerte, así como la aparición de sus memorias póstumas, Los cuadernos de la pelea , un libro en el que habla de los años de plomo de la guerra y la dictadura en los que le tocó vivir. También se refirió el periodista al hecho de que entre su primer y su último libro mediaron ochenta años, lo que da una idea no sólo de su longevidad vital sino de la creativa. Y es que la aventura civil y literaria de Victoriano Crémer se inicia en Burgos y concluye en León al cabo de ciento dos años. Como dice Ernesto Escapa, una trayectoria tan dilatada da para mucho, sobre todo si ha sido tan hacendosa y fecunda como la de Crémer. Con 21 años, publicó su primer libro de versos y ochenta años más tarde, con 101, obtuvo el Premio Gil de Biedma con el último. Muchas lunas y muchos versos. El autor cierra el libro con una frase certera: «Nadie mereció como él, por su entrega tenaz y resistente, el reconocimiento de ‘esta tierra de hosco censo’».