Vuelve Manolito, ahora sin gafotas y con acné
Adiós a las gafotas y al diminutivo. El propio Manolito sugiere «a la escritora que escribe lo que yo le cuento» en la penúltima frase de su nuevo libro que «ya no me llame Manolito, que mejor Manolo». Tras pasar diez años en silencio, para pasmo de su familia, sus millones de seguidores y quizá de su creadora, el más universal de los antihéroes de Carabanchel Alto está de vuelta. Con doce años, tiene la voz más grave, ha pegado el estirón y ha visto crecer la familia con otra hermana, la Chirli. Algo menos tarambana, sigue siendo tan descacharrante como cuando se dio a conocer en 1994. El humor que lo inspira «no conoce el cinismo y es muy curativo», según Elvira Lindo (Cádiz, 1962) que desea con este salto en el tiempo liberar al personaje de la etiqueta de ‘infantil y juvenil’ para adoptar con sumo gusto lade «para todo los públicos que acompañaba a la pelis en los cines de antaño.
En estos dos lustros a la escritora ha sido bombardeada con preguntas sobre el destino y el futuro del popularísimo Gafotas, el crío respondón, gordinflón y carabanchelero que tantas satisfacciones ha dado a lectores de medio mundo, a los espectadores de sus películas y, desde luego, a su autora. Una década después de su penúltima trapisonda, Lindo rescata del limbo a su criatura, «casi por azar y con ganas de combatir con humor el pesimismo reinante» pero sin aumentativos ni diminutivos y por tanto sin sus gafotas, al menos en el título. Mejor Manolo ( Seix-Barral) está ya en la librerías. Manolo es un preadolescente tan respondón como entonces, que hará desternillarse a los lectores, pero que es mucho más consciente de los acuciantes problemas económicos de su familia, los García Moreno, que siempre anduvieron justos de dinero y que sufren ahora los rigores de la crisis.