Diario de León

El Arqueológico Nacional añade a su colección leonesa un Cristo de Sahagún

El museo adquiere la escultura de un pantocrátor procedente del desaparecido monasterio de San Benito.

El Cristo en majestad que ha adquirido el Museo Arqueológico Nacional, procedente del desaparecido monasterio de Sahagún.

El Cristo en majestad que ha adquirido el Museo Arqueológico Nacional, procedente del desaparecido monasterio de Sahagún.

León

Creado:

Actualizado:

Un Cristo es el último tesoro que el Museo Arqueológico Nacional ha añadido a la colección leonesa. Es un pantocrátor de 69 centímetros (del siglo XI-XII) que procedería del monasterio de Sahagún. No es la única pieza en el museo madrileño que llegó de la abadía leonesa desvalijada siglo a siglo. De hecho, los responsables del MAN han decidido colocar la nueva adquisición junto a otras joyas del desaparecido convento de San Benito, como la conocida Virgen con el Niño y el sepulcro de Alfonso Ansúrez.

No está clara la ubicación exacta del Cristo en majestad en el citado monasterio. Es una pieza de factura delicada, en la que se aprecia el talento del maestro que la cinceló y que ha ingresado en el museo después de que su propietario llegase a un acuerdo con el Arqueológico Nacional, aunque finalmente trató de anular la transacción.

Uno de los mayores tesoros del Arqueológico Nacional es, precisamente, la lápida del sepulcro de Alfonso Ansúrez, procedente del monasterio de Sahagún, y que el museo madrileño recuperó en 1933 canjeándosela por otra pieza al Fogg Museum de Harvard.

Entre las obras más valiosas que custodia el MAN se encuentra el crucifijo de Fernando I y doña Sancha, que salió en 1869 de San Isidoro. Ese mismo año y con el mismo destino salió de esta provincia un sarcófago paleocristiano de San Justo de la Vega del año 310, de mármol blanco, cuyo frente está decorado con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Los sarcófagos paleocristianos de mármol importados desde Roma, donde se fabricaban, son los primeros indicios materiales de las nuevas creencias. Solamente los grandes propietarios podían permitirse el lujo de adquirir este tipo de piezas para sus mausoleos.

El ‘saqueo’

El hecho de que estas piezas lleguen el mismo año a Madrid prueba la «rapiña» que desplegó el Museo Arqueológico para conseguir una de las mejores colecciones del país. También San Marcos, la Catedral y San Marcelo sufrieron el saqueo del museo madrileño. El abad emérito de San Isidoro Antonio Viñayo reclamó durante años la devolución de estos tesoros. La reciente reestructuración del MAN ha obligado retirar de las vitrinas la mitad de los fondos, de ahí que algunas instituciones hayan solicitado depósito de las piezas que no se van a mostrar.

El Arqueológico Nacional posee de San Isidoro una colección de arquetas excepcionales: una de ágatas y plata, otra arqueta de marfil de estilo románico, otra más árabe de plata con inscripción del siglo X, una cuarta de madera con incrustaciones de marfil y tradición persa, así como una arqueta árabe de forma ovalada de plata. Además, tiene en su poder una tabla del siglo XV atribuida a Van Eyk que salió de la colegiata leonesa. Según las actas capitulares de la Basílica Real de San Isidoro, en 1869 entró el gobernador civil de León con varios guardias civiles armados, para llevar por la fuerza extraordinarias piezas medievales.

La cruz de Fernando I y Sancha, elegida entre los 250 tesoros más singulares del Arqueológico Nacional para la exposición de la reapertura del museo, tras meses de obras, mide 54 centímetros y está considerada como la obra cumbre de la eboraria del siglo XI. Es una cruz relicario de marfil formada por la cruz propiamente y el crucificado, en cuya espalda está horadado un receptáculo para albergar una reliquia de la Vera Cruz.

La leonesa Ángela Franco, jefa del departamento de Antigüedades Medievales del Museo arqueológico Nacional, es autora del libro Arte leonés (siglos IV-XVI) fuera de León, donde sigue la pista a 160 grandes obras que ‘desaparecieron’ de la provincia, donde incluye las que recalaron en su propio museo, así como en el del Prado, en la Biblioteca Nacional o en museos de Estados Unidos y en el Louvre de París.

tracking