El gran expolio leonés
Algunos de los mejores tesoros de León salieron de la provincia y nunca regresaron. El Museo Arqueológico Nacional cuenta en su colección con «obras maestras» procedentes de San Isidoro, San Marcos, San Marcelo y la Catedral. El museo con sede en Madrid custodia la cruz de marfil de Fernando I y Sancha, el sarcófago paleocristiano de San Justo de la Vega y una colección de arquetas, la célebre espada conocida como La Jineta, de bronce y acero, del siglo XV, de San Marcelo; una arqueta-relicario de Limoges del año 1230 que fue propiedad del convento de San Marcos; y el tríptico Coronación de la Virgen, del siglo XVI, atribuido a Marcellus Coffermans, originario de la Catedral. También atesora las arquerías románicas del monasterio de San Pedro de Dueñas.
Todas son joyas únicas que, en el mejor de los casos, sólo han vuelto «prestadas» a exposiciones temporales, caso de Tesoro sagrado y monarquía, la magna muestra que permitió hace once años a San Isidoro recuperar durante unos meses piezas excepcionales que Fernando I y Sancha donaron a la colegiata. Estos objetos, según figura en la web del Museo Arqueológico Nacional, ingresaron en el museo por donación del Cabildo de la Catedral en 1871; por donación del Cabildo de San Isidoro en 1869; y por donación del cura-párroco de San Marcelo en 1869. Resulta llamativa la generosidad de las autoridades eclesiásticas leonesas, quienes, curiosamente, con unos pocos meses de diferencia, coincidieron en regalar piezas excepcionales al Arqueológico Nacional.
Los tesoros leoneses han sido esquilmados, vendidos y robados. Algunas obras desaparecieron de San Isidoro en extrañas circunstancias, como el Beato de Fernando I y Sancha, conocido también como Beato de Facundo, el más valioso códice iluminado de la Alta Edad Media, robado a la colegiata en el siglo XVI y que, como descubrió Diario de León hace cuatro años, se hallaba muy deteriorado en la Biblioteca Nacional de Madrid. La mayoría de las piezas sustraídas a museos y monumentos de León se encuentran en buen estado, aunque algunos exhiben «falsificaciones» de obras maestras de León.
Alejandro Valderas, en su etapa como concejal de Patrimonio en el Ayuntamiento de León, pidió la creación de una web avalada por las instituciones en la que «colgar» las piezas expoliadas a León, con el fin de localizar las que llevan siglos en paradero desconocido. No lo consiguió.