Otra vez Vilches

En caso de urgencia no lo duden, vayan al Hospital Central . ¿Qué es un resfriado o una tos persistente para ellos, que han resistido a explosiones y secuestros y se han enfrentado a asesinos en serie, a adúlteros reincidentes, a enfermeras torpes y a aprendices sin vocación? Regresa la serie hospitalaria de Telecinco para decir adiós. Ya se habían despedido la temporada pasada pero entonces la audiencia repuntó y donde dije adiós digo hola y a darle otra vuelta más al guion. Después de veinte temporadas, doce años y 300 episodios ya no da más de sí. Y la serie merece un final digno. Está en manos de los guionistas, que seguro que han cumplido con su parte del trato, y en manos de la propia cadena, que habrá que esperar a ver si cumple. En el estreno ya relegaron la serie a las once de la noche, mal presagio.... y esta semana, salvo nuevo follón en La Voz que obligue a cambiar el paso sobre la marcha, le van a respetar el horario que merece, el ‘prime time’. Algo es algo.

Decíamos que los guionistas han cumplido porque lo que hemos visto hasta ahora va en la línea habitual: huídas del hospital por la puerta trasera, el avance de un rodaje solidario en Camboya y tensión sexual entre el íntegro Vilches y la jefaza mala, a la que acabarán haciendo buena. Sería lo suyo, aunque a Vilches, por favor déjenle como está. Porque resultaría una decepción tremenda que después de doce años aguantando sus rabietas y su mala leche ahora fueran a reconvertirlo en san Vilches. Si acaso concéndanle un romance que le dé algo de paz a ese corazón machacado por los desamores y la mala suerte y aparéenlo con la jefa o con la nueva cirujana, como gusten. Pero no le quiten la mala baba, porque entonces le habrán despojado de todo. A él, y a los espectadores que hemos aprendido a quererle con sus cosas