Diario de León

Los recuerdos sumergidos de Riaño llegan a León

Sopeña expone en el Ayuntamiento ‘Memoria de un valle sepultado’.

Carmen Sopeña, que realiza en el Ayuntamiento de San Marcelo un homenaje a Riaño.

Carmen Sopeña, que realiza en el Ayuntamiento de San Marcelo un homenaje a Riaño.

Publicado por
marcelino cuevas | león
León

Creado:

Actualizado:

Carmen Sopeña es asturiana, vive en La Coruña y tiene su alma sumergida bajo las aguas del pantano de Riaño, por lo tanto, se siente muy leonesa. Los veranos los pasa en su casa de Espejos de Reina. «Yo creo que en tiempo de crisis todos debemos intentar ser muy optimistas y de ahí el divertimento de mis obras, aunque a veces se tiñen de nostalgia cuando pienso en la desaparición de Riaño y los pueblos de su comarca bajo las aguas del pantano», cuenta.

Ha querido recordar en esta exposición de la galería de la vieja Casa de la Poridad, a las gentes que perdieron su memoria bajo el manto de agua. A aquellos a los que recuerda de sus días de romántica lucha ante los antidisturbios, ante la fatalidad. «Aquella batalla me costó perder la visión de un ojo y una costilla rota. Cada vez que lo recuerdo siento una pena tremenda… y también, por qué no decirlo un poco de rabia. Por eso he querido, 25 años después rememorar aquella historia, recordar aquellos pueblos entrañables que desaparecieron para siempre. Y he querido hacerlo con algunas obras mías, pero también con fotografías y paneles de cómo era la comarca antes de llegada de las aguas y de forma muy especial con la reproducción, casi al tamaño natural, de uno de los murales que se hicieron en aquellos momentos de lucha».

Un gran mural

Se trata del mural más hermoso de cuantos se pintaron sobre los vetustos muros de las casas que acabarían cayeron bajo en empuje de las excavadoras. Fue Aragonés, un pintor bohemio y enamorado de la naturaleza, quien lo realizó, y en él quería mostrar que la fuerza del pueblo unido podía determinar la paralización del cierre de la presa. Una pintura llena de frescura y poesía, pintada por un artista bohemio al que recordamos llevándose, después de una exposición suya en León, una cabra para pasearla como mascota por las calles madrileñas.

Carmen Sopeña ha expuesto ya en varias ocasiones en la capital. Hace unos graciosos retratos inventados de personajes imposibles plenos de colorido, y hace también unos ingenuos modelados con mucha enjundia. «Ha pasado mucho tiempo desde que comencé a pintar -dice- pero a esculpir, a modelar, empecé hace solamente tres años. La verdad es que me divierte muchísimo, me resulta mucho más relajante que la pintura, me requiere menos esfuerzo… vamos que para mí es como una terapia muy gratificante. Creo que las «paisanas» que hago tienen su coña. Todos estos personajes nacen de mi imaginación, nunca he tenido un modelo, aunque reconozco que lo que te rodea acaba influyendo en lo que haces. Creo que, sobre todo mis pinturas, tienen mucha frescura».

Riaño seguirá existiendo, es la leyenda del enorme mural que preside la sala de exposiciones. Todo un lema para aquella generación que hizo de lucha en contra de las aguas un objetivo tan imposible como lleno de romanticismo.

tracking