Un hombre y un destino: España
Robert Redford volvió ayer a España, país con el que ha vivido una relación muy poco cinematográfica: aquí llegó en 1957 cuando pensaba que acabaría dedicándose a ser pintor, volvió para educar a sus hijos en las diferentes culturas y pasó un año sabático en Mijas.
«Cuando tenía 19 años vine por primera vez. Estaba estudiando una carrera, quería ser artista, y vine a España. Era 1957, así que todavía estaba la Guardia Civil (...) Fue una experiencia maravillosa. Viajé por el país, estuve en Barcelona y luego pasé dos meses en Mallorca, donde pinté algunos cuadros», ha explicado en una entrevista con Efe.
Redford también buscó la tranquilidad años más tarde cuando comenzó a tener familia pero en un ambiente más cálido. «Unos años después me convertí en actor y formé una familia, con la que volví a Mallorca y fue en la mitad de los sesenta. Estuvimos en Puerto Alcudia, un pequeño pueblo de pescadores. Estuvo muy bien, porque quería educar a mis hijos en contacto con otras culturas», ha asegurado. Después de ese encuentro insular e íntimo, tuvo una crisis profesional. «No estaba seguro de si quería seguir siendo actor. Había hecho tres películas en Hollywood y me tomé un año sabático». El destino volvió a ser España. «Esta vez fuimos a Málaga, de allí a Fuengirola y de allí a Mijas y cogimos una granja en Mijas donde pasamos siete meses. No bailaba flamenco, pero fue una experiencia maravillosa», ha concluido.