EL ARTE QUE VIENE. LA NUEVA TEMPORADA
La exposición más ‘árida’ del Musac
El museo leonés abrió su 21ª temporada con las creaciones de Rosa Barba, Apolonija Sustersic, Alejandra Riera y Lara Almarcegui, que sorprende al reducir a sus materiales originarios una de las salas del edificio.
Es la exposición más ‘árida’ del Musac. 700 metros cúbicos de hormigón, 36 metros cúbicos de arena, 16 metros cuadrados de hierro, cuatro metros cúbicos de aluminio y dos metros cuadrados de cristal. Es la ‘receta’ de una de las principales salas del museo leonés, que ahora se alberga a sí misma —reducida a sus materiales originarios—, en una de las creaciones que más darán que hablar en esta nueva temporada, inaugurada ayer y que podrá verse durante todo este primer semestre del año. Una temporada con un menor número de exposiciones que en otras ocasiones, ya que hasta el 24 de febrero seguirá instalada la muestra Genealogías feministas en el arte español (1960-2010) .
Con la anterior tienen en común estas cuatro nuevas propuestas el hecho de que todas ellas son obra de mujeres y de que el contexto y el espacio resultan claves, como se puso de manifiesto en una presentación a la que acudieron, además de los cuatro comisarios de las exposiciones y el director del Musac, Agustín Pérez Rubio; José Ramón Alonso, director general de Políticas Culturales de la Junta, y José Javier Fernández, responsable de la División de Equipamientos Culturales y Turísticos de la Fundación Siglo. Juan de Nieves, comisario de Un lugar para un único individuo , de Rosa Barba, explicaba que el montaje de esta artista italiana, especializada en el lenguaje cinematográfico, se estructura como una «novela proyectada» en la que hace uso de elementos como la imagen, el texto, la luz y el sonido, así como proyectores de 35 y 16 milímetros. Uno de ellas pasa de manera constante una película sobre cementerios de camiones en Estados Unidos («son como los personajes de esta novela») mientras que en el patio pueden escucharse piezas sonoras en el gallego-leonés hablado en la aldea de Voces, cerca de Las Médulas. Por su parte, Manuel Segade se refirió a la propuesta de Lara Almarcegui, autora de Parque fluvial abandonado , en la que se integran los ‘montones’ antes aludidos y un vídeo sobre un descampado de la zona capitalina de La Lastra, donde un proyecto de jardín botánico quedó aparcado por culpa de la crisis. Almarcegui, por cierto, es la artista que representará a España en la próxima Bienal de Venecia. Segade comentó que la obra, también comisariada por Pérez Rubio, habla de la «temporalidad», «de la ciudad antes de ser ciudad» y, como luego aportó ella misma, del Musac «cuando deje de serlo».
Leire Vergara se refirió a vues partielles, vistas parciales , de la argentina afincada en Francia Alejandra Riera, que en el Laboratorio 987 radiografía el barrio periférico de Fontbarlettes, en el sur francés, elaborando una «imagen de pensamiento colectivo y una publicación sobre la idea de habitar y sobre el mismo hecho de realizar algo en común». Por último, Peio Aguirre describió la aportación que Apolonija Sustersic, eslovena procedente del mundo de la arquitectura, hace en Vitrinas, con una instalación que rinde tributo a la fachada del cercano Auditorio Ciudad de León y un vídeo sobre su propia trayectoria.