La factura también pinta

El Musac ha gastado 183.300 euros en las cuatro exposiciones que inaugura el sábado y que renovarán sólo una pequeña parte del museo, porque la principal muestra, Genealogías feministas , se mantiene. Aunque la cultura no debe evaluarse únicamente en términos económicos, en la actual coyuntura de crisis, con un desplome de visitantes —51.452 en todo el año pasado— y un cercano Auditorio que carece de programación estable por falta de presupuesto, 183.300 euros pueden parecer una auténtica fortuna. De esta cuantía —que incluye los honorarios de los comisarios de las exposiciones (cuatro en este caso), que cobran entre 3.000 y 11.000 euros—, ‘vestir’ la vitrina del vestíbulo con obras de la artista eslovena Apolonija Sustersic ha costado 24.800 euros.

La exposición de la artista con mayor proyección internacional de las cuatro que estrena el Musac, la aragonesa Laura Almarcegui, que representará a España en la próxima Bienal de Venecia, no es la más cara. Su muestra, titulada Parque fluvial abandonado, una investigación sobre un descampado de la Lastra y 700 metros cúbicos de hormigón, 34 de arena, 16 de acero, 4 de aluminio y 2 de cristal para simular una sala del Musac reducida a escombros, le ha supuesto al museo leonés un desembolso de 66.000 euros.

Más costosa ha sido Un lugar para un único individuo, de la italiana Rosa Barba, vídeos de cementerios de camiones en Estados Unidos, cuyo importe se eleva hasta los 70.000 euros. Por último, el Laboratorio 987, la sala más experimental del museo, acoge la muestra Vues partielles (Vistas parciales), de la artista argentina Alejandra Riera, cuyo montaje ha costado 22.500 euros.

Escasa taquilla

El Auditorio, que actualmente carece de presupuesto y sólo alberga espectáculos «a coste cero» para el Ayuntamiento, gastó en el 2011 —cuando aún programaba— 153.000 euros en 45 espectáculos de teatro y danza entre enero y junio de ese año, cantidad de la que recuperaría posteriormente 125.000 euros con la venta de entradas.

El Musac, en cambio, tiene más complicado reingresar los 183.300 euros de estas exposiciones. Necesita que más de 36.000 personas pasen por taquilla y paguen los cinco euros de la entrada ordinaria —ya que hay múltiples descuentos para jubilados, grupos y estudiantes—. En la primera temporada del año pasado (de enero a junio) el centro de arte contemporáneo recibió 14.453 visitantes, coincidiendo con la colectiva de artistas del Este titulada Una sexta parte de la Tierra, así como las monográficas de Miki Kratsman, Azucena Vieites y Félix Curto, cuyo montaje costó 350.000 euros. En la segunda mitad del año, cuando se inauguró Genealogías feministas , la cifra de público se incrementó hasta los 36.999 espectadores, para cerrar el 2012 con la cifra más baja de la historia del museo: 51.452 visitantes. Insuficientes, en todo caso, para cubrir el coste de las exposiciones. Y eso que el museo ha hecho recortes en personal y presupuesto y suprimió el capítulo de adquisición de obras para su colección. El Musac, como ha detectado también el último barómetro del Observatorio de la Cultura, ha perdido fuelle. Llegó a estar entre las instituciones culturales mejor valoradas del país y ahora figura en el puesto 25.