Diario de León

Llega el tsunami de emociones ‘Eoloh!’

Nieve, fuego y vientos de 160 kilómetros azotarán desde el jueves al público que acuda al Auditorio.

Imágenes de dos momentos del espectáculo ‘Eoloh!’, que recala en León esta semana y transformará el Auditorio en un vendaval de emociones.

Imágenes de dos momentos del espectáculo ‘Eoloh!’, que recala en León esta semana y transformará el Auditorio en un vendaval de emociones.

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Los mejores números circenses recalan en León con Eoloh!, un auténtico «tsunami de emociones y risas», según Manuel Coronado, director artístico del espectáculo.

Eoloh!, que desembarca en el Auditorio el jueves y se quedará hasta domingo, es un circo sin carpa que va más allá de lo convencional. «Hemos reunido a un potente grupo de profesionales con un planteamiento novedoso», explica. Lo cierto es que el montaje es una fusión de artes escénicas y efectos especiales, en la mejor versión del Circo del Sol. Coronado reconoce que muchos de los artistas de Eoloh! proceden de las filas del Circo del Sol, a quien atribuye el mérito de haber renovado los espectáculos circenses. «Aprender de los que hacen bien las cosas no es malo. Hay que ser humildes para reconocer las bondades de los demás», dice.

La principal diferencia de Eoloh! — aunque no la única— es que se ha ideado con el fin de «llevar la magia del circo a la intimidad del teatro. Es un planteamiento novedoso», asegura Coronado, con una larga trayectoria en el mundo del espectáculo como responsable de la ceremonia inaugural de la Expo de Sevilla, de las celebraciones del Real Madrid y del show 100 años del Barça , entre otros. «Tenemos los mejores números circenses, excepto animales vivos, aunque sí hay animales teatrales», bromea.

Acróbatas, trapecistas, barra rusa y contorsionismo conforma este espectáculo, cuyo hilo conductor corre a cargo de los payasos Quixote Brothers. El público tiene, quiera o no, un papel protagonista en este montaje, que arranca en el mismo instante en el que los espectadores ponen el pie en el vestíbulo.

El título del espectáculo alude al dios de los vientos de la mitología clásica, Eolo; sólo que, en este caso, es una divinidad «un tanto macarra» y «la acaba armando en el teatro». Los espectadores terminarán envueltos literalmente en un «tsunami» y no únicamente por las peripecias que vivirán desde el patio de butacas.

Los asistentes verán transformarse el Auditorio en la sala de espera de un aeropuerto, dispuestos a viajar a un destino desconocido y al albur de los vientos que se desatan durante toda la obra. A lo largo de este imprevisto viaje, el público contemplará de cerca la cara más amable del dios Eolo, que hace volar a los acróbatas; pero también su perfil maléfico, capaz de generar tormentas, vendavales y torbellinos. No es broma: en el escenario hay efectos capaces de simular un tornado que sopla a 160 kilómetros por hora (velocidad suficiente para el despegue de un avión de hélice); y al público le caerán diez kilos de nieve.

El espectáculo se divide en dos partes: en la primera, el público es amablemente invitado a embarcarse en un vuelo con rumbo desconocido y el teatro se transforma en un aeropuerto; en la segunda, la llegada de Eolo desbarata todos los planes.

Poniendo a Coronado entre la espada y la pared, el director artístico acaba confesando que los números más espectaculares son los de las gemelas trapecistas —las únicas españolas del elenco—, así como los payasos. «Son impresionantes», asegura. Pero si tuviera que elegir un número —y sabe que con ello no herirá la susceptibilidad del resto del reparto— se quedaría con el que ejecutan unos artistas etíopes, que es la primera vez que actúan en Europa, «y, por tanto, no están contaminados por otros circos, de forma que son de una frescura y una belleza que dejan con la boca abierta», afirma Coronado.

El espectáculo, inmerso en una gira por España, a la que seguirán actuaciones en Marruecos, Viena y París, antes de emprender un tour por Sudamérica, moviliza dos tráiler con más de un centenar de piezas de atrezzo, para jugar en directo con fuego, viento y nieve. La empresa Letsgo, que produce el espectáculo, capea la crisis con «precios teatrales», más asequibles que los del Circo del Sol.

Las nuevas tecnologías cobran un papel prioritario en esta producción, que pone en escena un elenco de 22 profesionales originarios de Colombia, España, Etiopía, Francia, Polonia, Rusia y Ucrania, con una «producción plenamente española», que combina dosis de circo, magia, emoción, humor y riesgo, de forma que los espectadores apenas tienen respiro durante los 85 minutos que dura Eoloh!.

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