Ocio en León

Elisa, una joven asesinada y sólo dieciséis horas para resolver el caso. Una trama que busca que el espectador clave las uñas en la butaca. Puro género negro sobre las tablas.

Es la propuesta del Auditorio Ciudad de León para esta noche: ‘Naturaleza muerta en una cuneta’, de Fausto Paravidino. «Un ejemplo de crónica negra, un caso de asesinato narrado en forma de confesiones policiales que nunca parecen acabar», afirma la compañía K Producciones y Teatro Arriaga.

Por supuesto hay un héroe, o antihéroe: el inspector Salti, que buceará en las cloacas de la sociedad para encontrar al asesino a la vez que lidiará con una madre sumida en el dolor. Una mujer que tiene que aceptar la peor realidad el mundo, la muerte de su hija.

Porque esa «naturaleza» encontrada sin vida en la cuneta, Elisa, es el puente con la parte más oscura de nosotros mismos. Una amorosa hija en casa, una incógnita fuera. Y, en medio de todo, el papel de los medios de comunicación, la utilización de la sangre para la noticia y el escalofrío del lector/espectador.

«El texto, más allá del tópico policíaco, quiere constatar una realidad social. Un aspecto en el que el autor denuncia esos asesinatos mediáticos como parte, única y exclusivamente, del lado oscuro de la sociedad. Realidades crudas y sangrantes que no han de mezclarse con la pulcritud de la clase media que sostiene el sistema», alegan los responsables del montaje.

Dolor y sangre, pero también humor -por momentos-. Un humor denso y oscuro, pero tan humano como la costumbre de los chistes en los funerales.

‘Naturaleza muerta en una cuneta’ es además un esfuerzo interpretativo: los seis actores encarnan a cerca de treinta personajes distintos. Esta obra, que consiguió el Premio Vittorio Gassman en Italia, es un caleidoscopio humano, un avispero, un retazo de vida y, por supuesto, un retazo de muerte.