De parto

Opinión | josé maría cillero

Telecinco está de parto. múltiple. A la espera de que mañana nazca su ¡Mira quién salta! , gemelo del retoño piscinero de Antena 3, este fin de semana ha alumbrado el pomposamente bautizado como evento multicanal ¡Llama a la vida! , miscelánea que se extiende también a Divinity a base programas nuevos y de inclusión de contenidos en los existentes, con la maternidad como nexo común. Todo en apoyo al estreno de Llama a la comadrona , serie de la BBC que en el Reino Unido registró audiencias de diez millones de espectadores por episodio. La calidad del drama en el East End londinense de los años 50 sumada a la valentía de programar los domingos En el vientre materno , documental de National Geographic sobre el proceso de gestación, podrían hacer creer que a Vasile le ha dado un chungo y quiere disfrazar a Telecinco de la 2 de TVE. Para evitar tal confusión, estos días hemos sido testigos de la vuelta a la vida televisiva de Kiko Hernández, que regresa al Deluxe y que presentará el ¿debate? de ¡Mira quién salta! , y de la penúltima resurrección en pantalla de Javier Sardá, con un miniespacio propio en ‘El gran debate’, dos circunstancias que nos devuelven la Telecinco más telecinquera, al tiempo que restablecen el equilibrio cósmico, muy alterado últimamente por causas exógenas a la cadena de Fuencarral y endógenas a escenarios tan variados como el Museo de la Revolución de Venezuela, la Santa Sede o el Ayuntamiento de Ponferrada. La vuelta del antaño todopoderoso creador de Crónicas marcianas no pasa de anecdótica por la fórmula escogida -con invitados como Pedro Ruiz promete más ego que gracia-. Que Kiko modere un debate será como poner al zorro a cuidar del gallinero y su éxito va a estar condicionado por la acogida que tenga el (otro) concurso de saltos de trampolín. Más difícil es aventurar si al buque insignia de Mediaset le va a ir bien en lo de los partos. De momento hay que elogiarle las ganas de innovar y su apuesta por la calidad, que en la tele nunca está exenta de riesgos sino todo lo contrario.