Jose María Íñigo repasa en un libro ‘La tele que fuimos’

El popular presentador Jose María Íñigo presentó ayer La tele que fuimos. Del ‘Un, dos, tres’ a la telebasura , un libro sobre la historia de la televisión en España que «suscitará recuerdos» al recoger anécdotas y testimonios de personajes como Jesús Hermida, Rosa María Mateo o Carlos Sobera.

«No voy a hablar nada de Eurovisión», bromeó Íñigo (Bilbao, 1942), quien acaba de regresar de Suecia, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por Nieves Herrero y Andrés Aberasturi. El periodista explicó que con el libro pretende «dar un repaso a la historia de la televisión», hablando de «todo el mundo», de cómo se hacían los programas y de aquellos programas buenos y malos, pero sin que se trate «de un catálogo».

Aun fascinado porque «por un cable se puedan ver imágenes que están lejos», Íñigo defiende al «maltratado» medio televisivo del calificativo de telebasura, pues sostiene que la televisión «es un contenedor: si le echas basura, sale basura y, si le echas talento, sale talento». «Tú eres la historia de la televisión», le dijo Herrero a Íñigo, quien hace años le dio trabajo en la revista Aviación y Turismo, y destacó del libro la gran cantidad de anécdotas que hacen que, mientras lo lees, tengas «una sonrisa constante».

«Resulta curioso saber que la primera exhibición de la nueva tecnología televisiva se le hizo a Franco en Burgos en plena Guerra Civil», cuenta Herrero.

Íñigo recordó algunas de las anécdotas que recoge en su libro, como la de que, cuando él estaba trabajando en Londres, en los inicios de su carrera, Peret «pidió una botella de coñac para calentar la voz» antes de una actuación en la BBC.

También se habló de la relación de Íñigo con compañeros de profesión, mencionando a la difunta directora de cine Pilar Miró, de la que el periodista recordó, con humor, que, a pesar de que eran íntimos amigos, «tenía muy mala leche» y le «echaba broncas por megafonía para que las escuchara todo el mundo». Por su parte, Aberasturi comentaó que no cree que la televisión de antes sea mejor que la de ahora, sino que, sencillamente, «era distinta».