Un equipo internacional para que el texto «respire» y se transforme «en algo real»
«Es adictivo. Es pasar a otra dimensión que te desborda», pensó Ana Merino cuando vio, el pasado mes de diciembre en la ciudad suiza de Zúrich, cómo sus personajes cobraban vida sobre el escenario merced a un elenco joven e internacional. «Lo delicioso es ver que el texto se transforma en algo real, que respira y que se aleja de ti teniendo corporeidad y transmitiendo emociones propias». Sobre el lenguaje teatral, además, sostiene Merino que le resulta «divertidísimo» de escribir; «son días de mucho ritmo susurrando en la mesa de trabajo y respirando en la piel de cada uno de los personajes que invento».