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Música que nace de los pinceles

Tras cinco años de silencio, el veterano artista leonés Juan Carlos Uriarte expone en el Conservatorio Ángel Barja dentro de los actos del Festival de Música Española.

Un joven músico contempla algunas de las obras que componen ‘Relieves sonoros’.

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marcelino cuevas | león
León

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«Uriarte, en su afán por seguir soñando, consigue la calma en los pinceles que soporta la musculatura firme del color, entrando en una dimensión repleta de formas vibrantes, modeladas y rítmicas». Así habla del artista y de su obra Belén Ordoñez, gran pianista y, posiblemente, quien mejor conoce a un pintor que por cierto vuelve a exponer después de más de cinco años de silencio.

La muestra de Juan Carlos Uriarte, uno de los atractivos de la edición número veintiséis del Festival de Música Española, se presentó en la tarde de ayer en el vestíbulo del Auditorio Ángel Barja, contiguo al Conservatorio Profesional de Música, bajo el título Relieves sonoros .

Uriarte ha venido siendo, desde siempre, un gran enamorado de la música. En primer lugar como integrante de la formación neo-folk Barrio Húmedo, que fue uno de los primeros grupos leoneses que consiguió realizar varias grabaciones discográficas allá por los comienzos de la década de los setenta del pasado siglo. Vendría después un paulatino acercamiento a la música clásica, de la que en este momento no puede prescindir. «Me parece imposible —asegura el artista— ponerme a pintar o a crear una escultura si no tengo el telón de fondo de la música clásica». El pintor ha realizado varias exposiciones basadas en la música y sus instrumentos en el Claustro de la Catedral, en el Auditorio Ciudad de León o en el patio de Diputación Provincial.

Tributo a Ángel Barja

En el vestíbulo del Conservatorio, donde tiene lugar este evento, el espectador se encuentra con un enorme mural que hace ya algunos años Uriarte realizó como homenaje a Ángel Barja. Belén Ordoñez sigue hablando de las obras de la exposición: «Simbologías que llenan la escena de relieves sonoros y, como si de un templo se tratara, discurren agradables sensaciones con el anhelo de lo desconocido. El silencio teje un manto de melodías consonantes, pulcras y sensibles».

En la muestra se recogen obras de diferentes épocas, de distintas series, destacando un gran tríptico en azules de tres metros por uno en el que Uriarte intenta reflejar la misteriosa belleza de la Rhapsody in Blue , una composición musical creada por George Gershwin. «Sí, es uno de mis últimos trabajos y se expone en el suelo, como si de un auténtico reflejo del mar se tratara. Por otra parte he intentado hacer una recopilación de las series en las que he estado pintando en los últimos tiempos, aunque hay una docena de obras de nueva creación. También he querido hacer un recordatorio de la música en el cine, con cuadros dedicados a Federico Fellini o a la película El bosque animado ».

Juan Carlos Uriarte sigue fiel a sus principios; en sus cuadros hay un claro predominio de los colores ocres, enmarcados en planos negros y un sabio empleo de las masas, de las texturas pictóricas. «Mi formación, mis primeros pasos en el arte, cuando apenas contaba quince años —explica—, los realicé con dos grandes maestros, Manuel Jular y Enrique Estrada. Ellos encauzaron mi carrera y hay cosas que no pueden dejarse a un lado, que reaparecen sin que uno ni siquiera se dé cuenta. Lo que nunca he intentado es ser un pintor purista, me enfrento al lienzo con absoluta libertad, sin ningún condicionante. Creo que esta manera de entender la pintura me permite, como sucede en la música, tener una obra llena de variaciones, vibraciones y variantes».

La comunicación mediante la belleza, la emoción que pasa de los instrumentos musicales al universo plano del cuadro, el ritmo, la cadencia, las formas que danzan en el espacio… la música se hace materia pictórica en las obras que Uriarte presenta en estos Relieves sonoros .

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