Diario de León

Asturias según García Alix

El artista leonés abre en Lisboa la exposición ‘Patria querida’, un proyecto patrocinado por la fundación Masaveu que muestra las caras menos reconocibles del Principado.

Alberto García Alix en una imagen de archivo durante la presentación de su libro ‘Autorretrato’.

Alberto García Alix en una imagen de archivo durante la presentación de su libro ‘Autorretrato’.

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cristina fanjul | león
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Patria querida titula Alberto García Alix el recorrido artístico con el que ha retratado Asturias. La muestra es parte del proyecto Miradas , con el que la Fundación María Cristina Masaveu Peterson inicia la creación de un fondo de obra inédita sobre Asturias y sus gentes, integrada por la visión más personal y única de fotógrafos de prestigio.

Parte de las visiones que el artista leonés aprisionó se exponen en el Museu da Electricidade de Lisboa, en una exposición comisariada por Nicolás Combarro. Destaca el curador que la mirada de García Alix se funde con el entorno a través de paisajes industriales, arquitecturas desafiantes, naturalezas abstractas y retratos singulares. «Esta muestra es una selección de las mejores imágenes realizadas en su periplo. Una mirada poética e intensa, entre la realidad y la alegoría, que nos adentra en una narración guiada por los ojos del artista», subraya.

Árboles que parecen personas, personas que parecen edificios. Valles y montañas, carreteras y cemento... Alberto García-Alix, fotógrafo no oficial de la movida madrileña, lleva su mirada en blanco y negro a esa Patria querida que es Asturias y la contagia de desolación. «Es mi estilo, no lo puedo evitar», destaca el creador leonés. «Ha sido un trabajo muy regenerador. Recoge lo que me llenaba, lo que recibía paseando libremente por Asturias. Y allí me he reencontrado con viejos amigos, me he empapado de esa parte de España que a mí, como castellano, me resulta especial», explica.

Y es que el foco del artista leonés, su capacidad para humanizar lo que fotografía posibilita una mirada única, rica y diversa. «La naturaleza se manifiesta salvaje y poliforme a través de masas de grises, misteriosa y profunda. Los personajes portan en sus miradas todo el peso de un pueblo. Las arquitecturas, desafiantes, trazan diagonales que cruzan el espacio, líneas de tensión, de emoción», precisa el comisario. Combarro añade que el viaje de García Alix siempre es interior. «Como él dice, un monólogo a través del cual se interroga y nos interroga sobre el alcance de la mirada», destaca. Para el comisario, el artista logra habilitar nuevas posibilidades más allá de la realidad, y asegura que logra entrar en un terreno donde la imaginación tiene la capacidad para cambiar las cosas, transformarlas, a través de sus ojos. «Si nos asomamos a través de su retina, encontraremos los ecos de lo que vio: deslumbramientos, resonancias, un mundo propio y universal».

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