‘España Directo’
Crítica de televisión yolanda veiga
TVE va a recuperar una de sus señas de identidad, España Directo. Lo retiraron porque era caro (rondaba los 40.000 euros diarios) y lo repescan ahora que están peor de dinero de lo que han estado nunca. Así que este será un remake con menos pretensiones. En todo caso, es difícil que le vaya peor de lo que le ha ido por la tarde a Anne Igartiburu, Ana García Lozano y Carlos Latre, a los que la audiencia ha dado la espalda dejándoles con audiencias prácticamente ridículas.
Ahora parece que van a apostar por Marta Solano, uno de los rostros de los deportes de la cadena pública. Realmente que le pongan a ella o a Igartiburu dará el mismo resultado (dicho esto sin ánimo de ofender a ninguna), porque España Directo es uno de esos programas donde el presentador, para lo bueno y para lo malo, no es más que el repartidor de juego.
El verdadero gancho es que te van a enseñar una receta de cocina fácil y que te van a sacar por la tele las fiestas de tu pueblo -con un poco de suerte, igual sale algún paisano conocido-. España Directo se nutre de lo que resulta fronterizo en los telediarios, de la anécdota, de la última moda, de la que han liado los de la tomatina...
Está bien que haya programas donde quepa todo esto porque es un contenido muy agradecido y, sobre todo, porque así se evitan la tentación de meter la receta de cocina dentro del telediario. Los que tienen que buscar la receta son ellos, los de los informativo de TVE. Ana Blanco, incombustible, impertérrita y hasta ahora infalible, ha perdido el liderazgo para cedérselo a Vicente Vallés y Lourdes Maldonado.
Y era de lo poco que le quedaba a la cadena pública para presumir. Pero no lo ha perdido ella, el liderazgo lo han perdido sus jefes, que un día le ponen en un brete con lo de Wert, al siguiente con los consejos a los parados para que se encomienden a la virgencita... El jueves se les ‘coló’ en el Canal 24 Horas una de esas ‘promos’ de ‘Somos líderes en información’. Va a haber que echarle un rapapaolvo también al de la rotulación: ‘Éramos líderes en información’.