Diario de León

Réquiem para dos castillos

El castillo de Cea está a punto del desplome, igual que el de Sarracín, que podría salvarse con 30.000 euros.

León

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Su desplome es irrevocable. Contra todo pronóstico, resistieron el último invierno. Los castillos de Cea y Sarracín, entre otros, tienen los días contados. Promonumenta lleva meses pidiendo una intervención ‘in extremis’ que evite que estas fortificaciones acaben convertidas en un montículo de piedras. Aunque es difícil imaginar que en otro tiempo fueron escenario de importantes gestas, su última batalla es por la supervivencia. Marcelino Fernández, presidente de Promonumenta, afirma que «no aguantarán otro invierno». Esta asociación en defensa del Patrimonio limpió de maleza hace sólo un mes el castillo de Sarracín y volverán en las próximas semanas a hacer trabajos de mantenimiento. Pero estos castillos necesitan más que un ‘lavado’.

El río ha socavado los cimientos de lo que queda del castillo de Cea, erigido en el siglo XV sobre otro anterior destruido en el siglo XII y que a su vez se asentaba en un castro. De la fortaleza medieval apenas queda un torreón y el arco de entrada de la muralla.

Promonumenta, consciente de que los arreglos que precisa el monumento sobrepasan las posibilidades del Ayuntamiento, pidió auxilio a la Junta, que hasta la fecha no ha habilitado ningún presupuesto para apuntalar los restos de un edificio que lleva años en la Lista Roja de Hispania Nostra. Por si fuera poco, existe un viejo litigio por la titularidad del castillo, ya que la familia propietaria decidió cederlo al pueblo en 1980, pero falleció antes de legitimar por escrito su voluntad. Lo más inquietante es que el Castillo de Cea tiene una extraña planta con forma de esvástica.

Curiosamente, evitar que se derrumbe lo poco que queda de él, igual que ocurre con el de Sarracín, costaría en torno a los 30.000 euros, cantidad que permitiría consolidar las estructuras que aún se mantienen en pie. También el castillo de Sarracín está sentenciado. Promonumenta duda que supere otro invierno de lluvias y heladas.

Hace tiempo que el castillo que se yergue en el berciano valle de Valcarce amenaza con hundirse. Durante años el castillo de Sarracín sólo ha contado con los voluntarios de Promonumenta, que han limpiado la fortificación de maleza. En febrero, la asociación que preside Marcelino Fernández nombraba socia de honor a la alcaldesa de Vega de Valcarce, la socialista Luisa González Santín, por su labor en favor de la recuperación del castillo de Sarracín, que se pretende restaurar con la ayuda de la Junta y la colaboración desinteresada de un arquitecto, un arqueólogo y un militar experto en fortificaciones.

Cea y Sarracín no son dos casos aislados. También es acuciante intervenir en los castillos de Alba, en Llanos de Alba, cerca de La Robla; Benar, residencia de los condes de Luna en Omaña; y Valderas, en el extremo sur leonés.

La mayoría de estas fortificaciones llevan décadas a la espera de ser rehabilitadas. El paso del tiempo y los saqueadores han hecho el resto hasta convertir sólidos fortines en un puñado de ruinas. Casi todos están incluidos en la ‘vergonzante’ Lista Roja de Hispania Nostra, donde ingresan los monumentos que se encuentran en situación catastrófica.

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