Dorsal 100
Crítica de televisión Javier Martín-Domínguez
Cambian los nombres y la narrativa de las proezas ciclistas, pero el Tour tiene año a año, y ya van cien, un ganador asegurado: Francia
La serpiente multicolor, que se despierta y ondulea a la hora de la siesta, es el señuelo para que nuestros ojos queden cautivados por la belleza del paisaje, sembrado de castillos, vides, montañas y playas. No hay mejor reclamo turístico en las pantallas de medio mundo para incitar a visitar Francia. El Tour nació hace más de un siglo para ayudar a vender periódicos. Hoy está en la lista grande de los derechos televisivos
No hay Tour malo. Cada año consigue montar su novela de intriga en 21 capítulos, con los ojos pendientes de cada metro sobre los 3.200 kilómetros de recorrido. Parte el pelotón cada mañana dispuesto a quebrar la voluntad de los favoritos. Al maillot amarillo y sus mosqueteros de equipo no se les permite un respiro. Siempre hay dos ruedas al acecho para robar unos segundos.
Y junto a ellas el omnipresente ojo de la cámara sobre las motos que nos hacen vivir la carrera metro a metro. En las pausas de la batalla, toma el relevo el plano general desde el helicóptero para enseñar ‘La France’ en su esplendor paisajístico. El entramado técnico de las retransmisiones del Tour es sin duda el más complejo y sofisticado de todos los acontecimientos deportivos en vivo.
Gracias a Teledeporte podemos ahora ver casi todas las etapas al completo, aderezadas por los comentarios sabios e incluso jocosos del maestro Perico Delgado. ¿Qué sería del Tour en español sin el magisterio del segoviano, que a punto estuvo de perderse esta carrera? Siempre adelanta las estrategias, describe las sensaciones del ciclista y coloca cada etapa en la historia.
La penuria económica nos priva de tener a los comentaristas o al menos a un periodista in situ. Aparcado el villano de oro Armstrong, ausente el último ganador, el nuevo protagonista es Froome, pero con dos españoles soplándole en los pedales. En esto de la bicicleta, desde Bahamontes a Contador, nunca descabalgamos, sea para ganar o para engrandecer la carrera.