Fritanga
Opinión | boquerini
Tanta campaña para evitar la comida basura, para luchar contra el colesterol o para la alimentación sana en los colegios, y luego viene un canal de televisión para convencernos de todo lo contrario. Se trata de uno de estos canales de la TDT que son como un cajón de sastre en los que cabe todo, pero que en este caso, y estoy hablando de Energy, dedica las 24 horas del día con un empeño digno de mejor causa, a mostrarnos los aspectos más impresentables de la vida americana. Reconozco que ha sido un descubrimiento veraniego y que me tiene fascinado. Hace unos días hablaba de esos documentales en donde unos tipos, sin orden judicial alguna, embargaban los coches a sus propietarios. Cuando el canal no habla de embargos, mudanzas o multas, se dedica a la fritanga. Crónicas carnívoras y Comidas sobre ruedas son los dos programas que te asaltan cuando menos te lo esperas, a cualquier hora del día o de la noche. En el primero un tipo se dedica a recorrer los Estados Unidos para —según sus palabras— ‘explorar la cultura gastronómica del país’. Se trata de un tragón bastante impresentable, que engulle todo, y cuanto más, mejor.
Un glotón que no hace remilgos a nada y que lo mismo se traga 45 litros de helado de golpe que una hamburguesa tamaño Goliath con todo tipo de ingredientes a cual más asqueroso. ¡Hay que verle como le rezuman las salsorras entre las comisuras de los labios mientras que él sigue tragando y tragando, como un pozo sin fondo! En ‘Comidas sobre ruedas’ otro tipo sigue esos vehículos de comidas que se instalan en las calles para vender todo tipo de fritangas que jamás pasarían una inspección sanitaria. Pizzas, tacos, perritos, hamburguesas. servidos en furgonetas y camiones al grito de ¡cómete la vida! Incluso establecen premios entre estos vendedores ambulantes. Mientras aquí presumimos de nuestros exquisitos chefs, de tener los mejores restaurantes del mundo o de enseñar a nuestros niños a cocinar a través de la televisión, en América se trata simplemente de engullir.
Si proyectasen estos programas en nuestros colegios, se acababa inmediatamente el sobrepeso entre los jóvenes. No puede haber mayor revulsivo a la comida basura.