Diario de León

‘Las lágrimas de San Lorenzo’ arranca en Vegas del Condado

Llamazares desvela el lugar que inspira el inicio de su libro en ‘El Curueño literario’.

gus berrueta

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ana gaitero | lugueros
León

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«El verano empezaba cuando llegaban los veraneantes» y Las lágrimas de San Lorenzo, la última novela de Julio Llamazares, arranca en Vegas del Condado. El escritor leonés sacó del anonimato al pueblo en el que tiene parte de sus raíces y lo identificó como el lugar en el que protagonista contempla, siendo niño, su primera lluvia de estrellas.

«Este lugar puede ser Vegas del Condado», confesó en la iglesia de Lugueros, donde se desarrolló El Curueño Literario del Verano Cultural 2013 que organiza el Ayuntamiento de Valdelugueros. Años después, aquel joven, convertido en profesor universitario, repite con su hijo el ritual de las estrellas fugaces en Ibiza, la famosa isla en la que transcurre buena parte de la novela.

Las labores agrícolas y el modo de vida del pueblo, con las diferencias entre hijos de labradores, que participan en las faenas, y veraneantes, se entrecruzan con las noches de San Lorenzo, el 10 de agosto en este primer capítulo. En una ocasión, no era capaz de pedir un deseo cada vez que veía una perseida atravesar el cielo porque «el principal de todos», que su padre estuviera allí, se había cumplido.

Eran los tiempos dorados del cultivo de lúpulo en las vegas y riberas leonesas. «Lo sembraban como se siembra el misterio», cuenta, pero «no sabían bien para qué servía realmente, sólo sabían que procedía del extranjero, a donde se enviaba toda la producción, y que se utilizaba en la fabricación de la cerveza, aunque no exactamente cómo». Coincidiendo con el momento álgido de las Perseidas de agosto y su fugaz paso por el firmamento, como pasa la vida, Las lágrimas de San Lorenzo (Alfaguara) llevan a Julio Llamazares el domingo al Museo de la Minería (MSM) de Sabero, donde presenta su libro a las 22.00 horas.

José Antonio Llamas, de Vidanes y afincado en Cármenes, aportó al caudal de El Curueño literario sus Kósmic-blues de un nuevo libro que está escribiendo, Arte de tañer fantasías . Ángel Fierro, alma de estas jornadas culturales, presentó Río Curueño, el fluir legendario y desmintió que el libro «lo hayan pagado los ayuntamientos. Lo hice yo y luego me han pedido más ejemplares que les he vendido a precio de coste», afirmó.

El escritor Jesús Díez ‘arrancó’ una hoja de su relato Almanaque del paraíso perdido, de su libro Sin reloj por la vida , con un doble homenaje, a Sopeña, su pueblo, y las voces de la radio que llegaban con sonoros anuncios como aquel que decía: ‘Qué bonito, qué barato, vende Prieto los zapatos’.

Pelayo Tahoces y David de la Varga musicaron la velada. Los alemanes fluyeron en el Curueño con El método Coué, libro de Javier Menéndez Llamazares, otro escritor del prolífico río, que también leyó unos párrafos de El libro de todos los charcos . A propósito de germanos, hoy tan en boga, Fulgencio Fernández, periodista y escritor de Cármenes, quien ofició de párroco-presentador, contó la anécdota de Juanita ‘la de Pontedo’ que ya hace muchos años no los podía ni ver... pero no por su dominio económico ni por el pasado nazi, sino «por haber inventado la formica». Amén.

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