LA FRAGUA LITERARIA LEONESA | ANA MARÍA ROMERO YEBRA
«Invento personajes y situaciones fantásticas»
La poeta y narradora Ana María Romero Yebra, autora de ‘Mi tío Moctezuma’, está escribiendo dos novelas y ha comenzado un par de poemarios
Autora de una extensa y sustanciosa obra, tanto en prosa ( El Memoriápodo ) como en verso (Efectos secundarios), Ana María Romero Yebra ha escrito y publicado varios libros de poesía y otros tantos de narrativa. Especializada sobre todo en literatura infantil —quizá debido a su profesión de maestra— Ana María también ha escrito para adultos, léase su novela histórica Mi tío Moctezuma sobre la conquista de Méjico, por la que su autora siente predilección, «tal vez por el esfuerzo, ya que tiene detrás mucho trabajo de investigación», matiza esta escritora nacida en Madrid, aunque muy ligada y religada sentimentalmente al Bierzo, en concreto a Salas de los Barrios, localidad próxima a Ponferrada, porque de ahí era su madre, y, además, Ana María ejerció como profesora de infantil en La Campañana y en San Pedro de Trones. «Mis años como maestra allí me enriquecieron muchísimo».
Siempre que sus múltiples actividades se lo permiten, y la libertad que ella misma se toma para participar de un modo activo en encuentros literarios, como recientemente lo ha hecho en Noceda del Bierzo, se acerca a su «matria», donde se siente muy a gusto y cuyos paisajes están muy presentes sobre todo en su poesía, aunque por sus narraciones también andan personajes que conoció de niña o de los que le hablaba su madre. «He recogido leyendas, romances, historias de lobos y coplas y canciones populares leonesas que ella me contaba o me cantaba», aclara.
Recuerda que, siendo una niña, pasaba veranos estupendos en Salas de los Barrios, donde disfrutaba del contacto con la naturaleza, subiéndose a los árboles, viendo las labores del campo, teniendo la cercanía de los animales, montando en burro… «Experiencias inolvidables».
Vocación temprana
Si bien escribe desde que era una niña, porque es una gran apasionada de la lectura, publicó su primer poema, Entero para mí, cuando iba a cumplir 40 años y tenía ya una cierta seguridad en lo que escribía. Y a partir de entonces no ha dejado de escribir y publicar, convirtiéndose la escritura creativa no sólo en una vocación, que lo es, sino en una forma de vida, aunque Ana María se haya dedicado de un modo profesional a la enseñanza, ámbito en el que ha podido desarrollar asimismo su faceta como animadora a la lectura, con la impartición de cursos y talleres tanto para maestros como para una población infantil y adulta, «experiencias muy gratas», que en la actualidad procura espaciar a lo largo del año para no restarle tiempo a su creación literaria. «La lectura siempre ha tenido para mí una gran importancia, no sólo a la hora de escribir. Lógicamente hay temas que necesitan apoyarse en otros libros o datos, por ejemplo cuando escribes novela histórica o con personas y países distantes o desconocidos y recurro a ellos, pero generalmente y más en lo que escribo para niños, invento los personajes y las situaciones que son absolutamente fantásticas». Una fabuladora nata a quien le entusiasma escribir cuentos de fantasmas, de piratas y de otros personajes principales o relevantes, entre ellos los animales, porque, según ella, les gustan mucho y les resultan interesantes a los niños, y a Ana María le encanta escribir desde el niño (o niña) que todos llevamos dentro.
Cuentos motivadores
Cuentos infantiles, que sean motivadores, escritos con un lenguaje claro, a su alcance, «pero sin concesiones a la blandenguería ni rebajando el nivel de vocabulario o de expresiones poéticas porque ‘es para niños’», cuentos, con «personajes cercanos al niño, para que los pueda identificar, y algún componente mágico, maravilloso, o una situación extraordinaria que excite su imaginación». Esa podría ser una fórmula, sino mágica, sí aproximada.
Su poesía fresca, sencilla y cercana le ha procurado algunos importantes galardones, como el que recibiera de parte de la Diputación de Guadalajara por Mirando escaparates, de la mano de Víctor García de la Concha y Carlos Murciano. «Algo inolvidable». Asimismo, se siente satisfecha con otros poemarios suyos, como El llanto de Penélope, porque es el que más gusta a sus fans. También le tiene un cariño especial a Isla de Brétema porque fue realmente su primer libro de poemas. «Se publicó en 1985 en ediciones Torremozas de Madrid y cada vez que lo releo, me identifico plenamente con él, no le cambiaría ni una coma».
Ana María, que es una escritora infatigable, está ahora escribiendo dos libros, una novela histórica, cuyo título es Diario de Isabel de Castilla, y otra más juvenil, que se llamará posiblemente En los ojos de Emilia. En lo referente a la poesía, ha comenzado un par poemarios, «pero los versos llevan otra marcha distinta a la prosa, al menos para mí y hay que esperar a las musas».