Pilar
Opinión | Yolanda Veiga
Aunque oficialmente la vuelta al cole es mañana, en la tele la han adelantado una semana. Había que probar los nuevos pupitres, ajustar la altura de la silla, conocer a los compañeros nuevos y empezar a ganarse a los ‘profes’. A Pilar García Muñiz, la sustituta de todo en TVE, le han endiñado el considerable marrón de sustituir a Ana Blanco al frente del informativo de mediodía de TVE —igual que Antonio Orozco va a tener que rellenar el enorme hueco de Melendi en La Voz —.
El lunes, el día del estreno, Pilar saludó seria a la concurrencia. Nada de aspavientos, ni sonrisas. Enfatizando con los ojos, leves asentimientos de cabeza, las manos lo más quietas posible, aunque le pillaron retocándose el pelo.
Pecata minuta, que incluso a la infalible e impertérrita Ana Blanco la cazaron un día soplando una pelusa de la mesa del telediario. Pobrecilla, menuda cara de susto puso cuando se dio cuenta... Pocas veces más han pillado a Ana en un renuncio. Y Pilar tampoco está dispuesta a que nadie le saque los colores. Por lo que hemos visto en su primera semana a bordo de lo que era el buque insignia de TVE antes de los recortes, el telediario de las tres, García Muñiz ha copiado el ‘estilo Ana Blanco’, que tan bien le ha funcionado a la titular. Sobriedad en el fondo y en las formas, marcando una distancia considerable con los colegas de la competencia y especialmente con Helena Resano, que gesticula mucho, y asiente y reprueba según la noticia. La marca de TVE ha sido siempre otra y Pilar no quiere salirse del guión marcado.
El día del estreno salió por la puerta grande, liderando la complicada franja de la sobremesa con dos millones largos de espectadores (que siguen siendo menos que los que tenía Ana Blanco hace un año cuando las cosas iban algo mejor que ahora). No es un mal comienzo, más teniendo en cuenta que en agosto las noticias de la cadena pública habían quedado relegadas a la tercera posición. Para TVE perder el liderazgo en los informativos es algo más que una cuestión de números. Es un asunto de prestigio. Y eso es más difícil de recuperar...