Lafuente: «Hay una inercia humana que nos lleva hacia la Naturaleza»

En la excesivamente estática Fashion Week Madrid, ahora con el encabezamiento de Mercedes-Benz, María Lafuente supone siempre una ventana de aire fresco, y, como va por libre (cada vez más), una oportunidad para llevar la moda a lugares que no son el sota-caballo-y-rey del gremio.

En anteriores citas, el jardín botánico de la estación de Atocha, un local de coworking , recintos en los que la imaginación marca el ritmo de desfile, o el propio Círculo de Bellas Artes, dan buena prueba de que la diseñadora leonesa no aspira a convertir en algo rutinario su presencia en el encuentro más importante de la moda española: «Es verdad. Siempre es especial, como un examen de fin de carrera, y con muchos nervios. En cuanto más se acerca la fecha, hay más nervios pero también más claridad sobre lo que vas a hacer», afirma María Lafuente refiriéndose a lo que se verá el martes, en el ático de la Estación de Chamartín, y que bajo el nombre de Biomimesis , incide en el gran empeño de la creadora por contribuir a generar respeto a la naturaleza, sostenibilidad e incluso seguir sus pasos como guía de sapiencia y supervivencia.

Pero todo ello puede llevar a pensar que esa modelo de la fotografía que porta un vestido de María Lafuente, ¿en qué sentido se identifica con esa filosofía? Lafuente asegura que lo que se verá este martes transmite esa sensación, «porque hay una inercia humana que nos lleva a la Naturaleza, y hay que potenciarla en todos los ámbitos. En la estética, la filosofía y en la producción. Al final, pienso que esa inercia también es necesidad, cuando solo tienes que mirar cómo muchos avances científicos de todo tipo, se basan en cómo resuelve la Naturaleza sus propios retos», afirma.

Filosofía ‘eco’

Así, en ese reflejo de la Naturaleza en el día a día urbano, como puede ser el de la propia moda, Lafuente ha conseguido encontrar un territorio que le sirve «para aplicar esos planteamientos a la hora de seleccionar tejidos, por ejemplo, o que lo que yo haga tenga una coherencia», explica. Junto al planteamiento filosófico también está el propio terreno artístico, en el que esta leonesa también con corazón asturiano cree que «lo importante es evolucionar. Ahí te metes en tu propia autoexigencia, en tu reto…», cuenta.

Y de esta manera, el reto se llama (o se llamaba) pasarela Cibeles, ahora reconvertida en el nombre largo que encabeza y ocupa buenas de las actividades de estos días en la capital. Ahí, en Madrid, María Lafuente desembarcará no sin antes haber pasado unos días de locos: «Hay que preparar tantas cosas, que sí, acabamos todos un poco locos. Pero creo que va a merecer la pena. El recinto tiene muchas posibilidades estéticas y tenemos muchas esperanzas. Aunque ahora, lo que nos pasa es que te acuestas y te despiertas de madrugada pensando: hay que cambiar esto, hay que hacer lo otro… De todas formas, también es bueno que haya esa intensidad», afirma, para dejar claro que un desfile en la Fashion Week Madrid es un ahora o nunca que hay que aprovechar como si fuera la última oportunidad.

Y en el caso de María Lafuente, ese aprovechamiento incluye su oficio como diseñadora y creadora de moda, pero también el mensaje filosófico que desde hace tiempo le acompaña y que tiene que ver con la Naturaleza. Se da la circunstancia de que la pasarela madrileña coincide este año con la de Londres, hecho que gran parte de la profesión deseó que se evitara y que por problemas de calendario no se pudo hacer. No obstante, aunque con ausencias, mantiene una importante presencia de diseñadores y espacios alternativos como el Samsung Ego.

Disquisiciones y críticas al margen, en las que son expertos los miembros del gremio, un año más, Madrid tendrá su cita con la moda y Lafuente será de las que haga todos los esfuerzos no solo por estar, sino por aportar como un verso libre su original visión de su oficio. Porque como ella misma remata: «Al final, este es un trabajo en el que creas cosas para que alguien se las ponga. A veces, en los desfiles ves cosas que no te resultan ponibles, pero otras muchas, si las sacas de la pasarela y las ves como prendas normales, son más que utilizables», asegura.